A sus 37 años, Aroldis Chapman ha demostrado que aún tiene mucho que ofrecer en las Grandes Ligas.
El lanzador cubano, conocido como «El Misil Cubano», firmó un contrato de un año y $10.75 millones con los Boston Red Sox en diciembre de 2024, y desde entonces ha sido una pieza clave en el bullpen del equipo.
A sus 37 años, cuando muchos pensarían que su brazo ya no tendría la misma pólvora, Aroldis Chapman ha vuelto a demostrar por qué le apodan “El Misil Cubano”. El holguinero no solo encontró nuevo hogar con los Boston Red Sox para esta temporada 2025, sino que ha iniciado su travesía con la franela de los patirrojos lanzando fuego puro desde el montículo.
Chapman ha iniciado la temporada 2025 de manera impresionante. Con una efectividad inmaculada de 0.00 en seis salidas como relevista y ponches memorables en cada actuación, Chapman ha dejado claro que su edad es solo un número. En sus primeras seis apariciones como relevista, ha lanzado 5.2 entradas sin permitir carreras, manteniendo un promedio de carreras limpias (ERA) de 0.00. Ha registrado 8 ponches y un WHIP de 1.06, consolidándose como una opción confiable en situaciones de alta presión, destaca ESPN.com.
El manager de los Red Sox, Alex Cora, ha confiado en Chapman para cerrar los juegos, aunque ha mencionado que su uso podría variar dependiendo de las circunstancias del partido.
«Creo que Chappy ha estado increíble», dijo Cora. «Pero si Corey Seager lidera el octavo, podría usarse en el octavo. Y hay ciertas veces que lanzará en el octavo, pero la mayoría de las veces, lanzará en el noveno inning», agregó.
La actuación de Chapman ha sido destacada por su velocidad y control. En su salida más reciente contra los Toronto Blue Jays, alcanzó velocidades de hasta 102 mph, demostrando que su brazo sigue siendo una amenaza para los bateadores. En esa entrada, enfrentó a bateadores peligrosos como Vladimir Guerrero Jr., Bo Bichette y Andrés Giménez, retirándolos con una combinación de rectas de alta velocidad y sliders precisos.
El periodista cubano Jesús Suárez-Valmaña comentó en Facebook: «Sin dudas la figura cubana del día jueves 10 de abril en las Grandes Ligas fue la del zurdo holguinero Aroldis Chapman… su actuación hasta ahora en seis salidas como relevista en el montículo de los Boston Red Sox, ha sido pasmosamente inmaculada, sin permitir carrera alguna y por ende ERA de 0.00».
Suárez-Valmaña, en su análisis, destacó que Chapman ha alcanzado velocidades por encima de las 101 millas por hora —con lanzamientos que incluso llegaron a las 102 mph por redondeo televisivo.
En ese juego particular contra los Azulejos de Toronto, Chapman ingresó en el noveno inning con el partido empatado y un hombre en base. Lo que siguió fue un recital de pitcheo de alto voltaje: una mezcla de rectas supersónicas y sliders quirúrgicos que neutralizaron a tres bateadores de peso.
Primero dominó a Vladimir Guerrero Jr. con una recta de 99.6 mph que terminó en un fly al center. Después, enfrentó a Bo Bichette, a quien fulminó con cuatro lanzamientos consecutivos por encima de las 101 mph, cerrando con un ponche que dejó al bateador congelado. Finalmente, selló la entrada ponchando al venezolano Andrés Giménez con una combinación de slider y una split finger devastadora.
En total, su trabajo en ese inning fue una obra de arte comprimida en 11 lanzamientos, 10 de ellos en zona buena. No ganó el juego, no se apuntó salvamento ni “hold”, pero fue —según Suárez-Valmaña— “la figura estelar de todos los relevistas en la jornada”.
Los elogios no han cesado. Desde las páginas de Pelota Cubana hasta los comentarios de miles de seguidores en redes sociales, todos coinciden en que Chapman está teniendo un renacimiento espectacular.
El holguinero, en su cuarta salida con los Red Sox consiguió su segunda victoria del año (la número 57 de su carrera), alcanzó su pitcheo número 3,787 por encima de las 100 mph y acumuló su aparición número 800 en la MLB, con 1,250 ponches a su cuenta. Está a un solo ponche de empatar al mítico Lee Smith, miembro del Salón de la Fama.
No faltan voces que ya lo proyectan en Cooperstown. Suárez-Valmaña lo dice claro: “Estamos en presencia del posible candidato cubano con más probabilidades de ingresar al Salón de la Fama cinco años después de su retiro”. Sin embargo, añade que para lograrlo, Chapman debe mantener su ritmo al menos un par de temporadas más, acumulando al menos 30 salvamentos por año y afianzando su lugar entre los cerradores históricos como Kenley Jansen o Craig Kimbrel.
El fervor popular también ha sido abrumador. En los comentarios de Pelota Cubana, los fans no escatiman en halagos: “Un dotado de la naturaleza”, “lo más cerca que tenemos de llegar al Salón de la Fama”, “el mejor cerrador cubano de todos los tiempos” y “el brazo de oro”, son apenas algunas de las frases que ilustran la admiración por el zurdo de Cayo Mambí. Un comentarista incluso escribió: “Los Yankees lo botaron diciendo que no servía, y ahí está el cubano, lanzando como nunca”.
Chapman está escribiendo una de las páginas más longevas y efectivas para un relevista cubano en las Mayores. A más de una década de su debut, sigue siendo el único lanzador que ha logrado mantener lanzamientos de tres dígitos durante 16 temporadas consecutivas, desde 2010 hasta hoy.
Su carrera, marcada por su dominio, velocidad, carácter y una capacidad de reinvención admirable, está más viva que nunca. Aroldis Chapman no solo sigue lanzando fuego. Está ardiendo en grande.
¿Qué hubiese sucedido si el holguinero no se hubiese marchado de Cuba? Bueno, la respuesta a esta pregunta tal vez la tiene el también zurdo, pero pinareño, Omar Ajete. Eso sí: si la TV cubana no lo censura; pero esa, ya es otra historia.
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