Un abuelo cubano de 73 años ha sido detenido por agentes de Inmigración ICE en Pine Prairie, Luisiana, tras más de cuatro décadas de residencia en Estados Unidos. José Francisco García Rodríguez, quien llegó al país hace 45 años a bordo de un barco patrocinado por EE.UU. para refugiados cubanos, fue arrestado el lunes cerca de su casa en Lafayette. El operativo tuvo lugar en una estación de gasolina Circle K, según confirmó su familia en redes sociales.
Desde entonces, sus allegados han guardado silencio, hasta que la noche del jueves su hijastra, Christian Cooper Rigs, publicó en Facebook un emotivo video en el que relató las penurias vividas por Rodríguez desde su llegada a Estados Unidos con apenas la ropa que llevaba puesta. Durante los últimos 43 años, el hombre ha trabajado entre 40 y 60 horas semanales en empleos duros, pagando impuestos y contribuyendo al Seguro Social sin jamás beneficiarse del sistema.
Rigs aseguró que su abuelo, un cubano que llegó como «marielito» a los EE.UU., intentó durante más de una década regularizar su estatus migratorio, pero las dificultades derivadas de antiguos problemas legales lo llevaron a abandonar la lucha, siguiendo incluso la recomendación de funcionarios que le sugirieron mantenerse «bajo perfil». Aun así, el temor de este abuelo cubano a ser arrestado nunca lo abandonó, y solo tres semanas antes de su detención le había confesado a su familia que se sentía vulnerable.
Pero lo que más ha indignado a quienes lo conocen es que las autoridades estén enfocando su atención en una persona mayor con problemas cardíacos y que, además, es el principal cuidador de su esposa con demencia. En su video, Rigs pidió la intervención de legisladores locales y apeló a la compasión del público, solicitando oraciones y apoyo para lograr la liberación de su padre.
El caso de Rodríguez se produce en medio de un incremento de la actividad de ICE en Lafayette, donde se ha reportado la presencia de agentes vigilando zonas con alta presencia de trabajadores hispanos, tanto en barrios como en centros comerciales.
Este incidente se inscribe en un contexto nacional marcado por una aplicación más severa de las leyes migratorias. Durante la presidencia de Donald Trump, se priorizó la detención y deportación de inmigrantes, incluso aquellos sin historial de crímenes violentos. Una reciente encuesta señala que cerca del 50% de los adultos en EE.UU. aprueban este enfoque riguroso hacia la inmigración.
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