Una mujer de 40 años recibió un mal augurio cuando quiso renovar su documento de identidad y las autoridades cubanas le contestaron que ella figuraba como fallecida. La persona en cuestión prefirió mantener su anonimato mientras explicó cómo tuvo que desmentir su propia muerte ante la ley.
Según contó la falsa fallecida, que pidió no ser identificada, había tenido que dirigirse a la oficina más cercana del Ministerio del Interior para reportar la pérdida de su carnet de identidad en días pasados y como tal, solicitar uno nuevo. Acompañada por su madre, ambas mujeres quedaron sorprendidas y casi al borde del desconsuelo cuando el oficial a cargo y varios funcionarios de la oficina de trámites le contestaron que solicitaba los datos de una persona muerta.
Como en una suerte de culebrón televisivo, madre e hija se miraron asombradas. “no sabía si reírme o llorar” explicó la involucrada en el suceso, mientras agregó con superstición que tiene miedo a pensar que eso forma parte de algún suceso premonitorio. De cualquier forma “fue una situación muy incómoda”, dice.
Para confirmar que se trataba de la misma persona, los oficiales procedieron a tomar sus huellas y contrastarlas con las de la supuesta fallecida en busca de coincidencias y solo así creyeron que la muerta y la viva eran las mismas. Pero como la burocracia cubana siempre guarda un paso más, la mujer, quien no recibió una explicación coherente por lo sucedido, deberá personarse una vez más en las oficinas del carnet de identidad para poder completar su trámite y emitir al fin su nuevo documento.
Lo que viene a la mente de casi todos quienes escuchan la historia es si en lugar de ella, andará alguien más por la calle suplantando la identidad de un fallecido, o si por el contrario se llegó a falsificar con otro propósito la certificación de defunción que debe acompañar el fallecimiento de una persona.
En cualquiera caso, la situación además de morbosa, podría resultar grave a efectos legales y develar fisuras en la fiabilidad de los datos que guardar el Ministerio del Interior u otras instancias relacionadas.
En días previos, la cubana que reside en una provincia del interior del país había estado ingresada en una institución de salud por problemas ginecológicos y debió ser sometida primero a varias transfusiones de sangre y luego a una operación para extirparle un fibroma. A pesar de que se vio obligada a permanecer en el hospital varios días y su situación de salud fue algo delicada, la mujer recalca que “no fue para tanto, ni siquiera en el hospital me dieron nunca por muerta”.


















