El parque más nuevo de Miami Beach pudiera llevar el nombre del joven grafitero muerto a manos de la policía en el año 2013.
Naybis Estévez, residente en Miami Beach, no conoce ni el nombre de Israel ‘Reefa’ Hernandez, ni tampoco este otro: Israel Hernandez-Llach. Eso sí, lo conoce como el grafitero de apenas 18 años de edad que murió a manos de la policía de Miami Beach «accidentalmente».
Lo recuerda porque ella trabaja a una cuadra del lugar donde lo mataron; porque llevaba ella poco tiempo viviendo en Miami Beach cuando escuchó, por primera vez en su vida, tantas sirenas de la policía juntas.
Ahora, tras escuchar vía telefónica que el parque más nuevo de Miami Beach pudiera llevar el nombre del joven, suspira y dice que es merecido el nombramiento.
Así lo señala la revista Miami New Times, que entrevista además al agente de bienes raíces con sede en Miami Beach, Rick Kendle.
Kendle ha estado desde la semana pasada, fecha en la que se enteró que la ciudad de Miami Beach estaba buscando un nombre para el parque, presionando a través de las redes sociales para nombrar el parque como el grafitero muerto a manos de la policía.
«La muerte de ese muchacho fue lo más injusta de la vida».
Naybis recuerda muy bien que el McDonald localizado en la esquina de la Collins Avenue y la 71 estaba siempre lleno de graffitis.
«Ese McDonald llevaba años ahí, según me dijeron. Siempre estaba así. Y siempre lo estaban «pintando», tal vez por eso se ensañó la policía con ese muchacho,» dice vía telefónica.
El día que el grafitero «Reefa» fue asesinado por la policía, pintaba un grafiti en la pared. Ya el McDonald no existía allí.
Naybis dice que «esa esquina tenía muy mal ambiente».
«Entre la gente que ocupaba esa cuadra desde el Bar On the Rocks, hasta la esquina, no sabría como explicártelo, pero pasar por allí de noche era un peligro. Era el único lugar «barato» para comer a cualquier hora, pero cerró. Creo que debido a eso mismo. Al ambiente.
El graffiti que «Reefa» dibujaría no iba a ser un grafitti cualquiera, porque el joven brasileño era un artista. Kendle recuerda que solo alcanzó a dibujar la letra R, cuando comenzó una persecución policial de al menos una docena de policías a pie, por por varias cuadras de North Beach.
Eso sucedió antes de que lo mataran.
Miami New Times lo recuerda así:
«El 6 de agosto de 2013, Hernández fue sorprendido marcando su propio nombre en una pared en un McDonald’s abandonado que ya estaba cubierto de graffiti.»
Ese es un detalle clave. ¿Por qué «el daño» a una pared «abandonada» llena de grafittis iba a despertar tal «desespero policial». Debe ser – se entiende de las palabras de Naybis – que la policía estaba «cansada» de los grafiteros en esa esquina.
Lo que sucedió después todo el mundo lo sabe. La policía logró acorralar al joven y someterlo en esa esquina. Para controlarlo, le aplicaron la pistola Taser en una zona que un informe de la Oficina del Fiscal del Estado de Miami-Dade dice era la de «menor distancia de piel al corazón.»
El forense lo calificó como una muerte «accidental». Como una «insuficiencia cardíaca» y debido a que las sondas Taser golpearon la región del pecho de Hernández, aunque los propios fabricantes del arma advierten de disparar directamente al pecho.
Una mancha en la justicia y una venganza para siempre.
Porque el Taser se considera un arma «no letal», según las políticas estatales y policiales, la muerte del grafitero fue considerada «un accidente», debido a una «descarga de dispositivo de energía».
Es lógico que de no habérsele apuntado al pecho, «Reefa» no hubiese muerto, pero «después de una investigación de casi dos años, la Oficina del Fiscal del Estado se negó a reunir a un gran jurado y el oficial Jorge Mercado, quien apuntó con su Taser en el pecho del adolescente, eludió la responsabilidad penal en relación con la muerte de Hernández,» señala Miami New Times.
La ciudad le pagó apenas $100 mil dólares a la familia del joven grafitero como parte de un acuerdo judicial tras una demanda presentada.
Naybis cree que nombrar como Israel Hernández el nuevo parque de tres acres en Miami Beach es un legado a la memoria del joven y una merecida puñalada a la policía de Miami Beach que se verá obligada a mencionar el nombre del joven que ellos prácticamente ajusticiaron.
El parque está ubicado en las cuadras 500-700 de Alton Road. A siete millas al sur de donde Hernández murió.
Naybis dice que tal vez la mayor venganza es esta: desde que el joven murió en esa esquina, cada uno de los negocios que han abierto ahí no han durado nada.
«Duran dos, tres, cuatro o cinco meses cuando más. Nadie va ahí, es como un maleficio. Solo van los despistados. Han abierto varios restaurantes y cafeterías. Todos han cerrado. Es muy fuerte su presencia ahí. Tal vez deberían trasladar la biblioteca que está en la 75 para allí y nombrarla también como el joven.»
pd: Cualquier persona con acceso a Internet puede votar por uno de los cinco nombres preseleccionados: Canopy Park, Gateway Park, South Shore Park, Sunset Park y Unity Park, o, alternativamente, enviar una nominación por escrito. Los votos y las nominaciones por escrito se pueden enviar hasta el 24 de enero.
Para hacerlo, acceder aquí.
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