La noticia no deja de extrañar. En medio de la grave crisis que vive el país y la ausencia desde hace años de grandes figuras mundiales, acaba de desembarcar en La Habana el yate de lujo Symphony, del dueño de Louis Vuitton.
Valorado en 150 millones de dólares, el yate es propiedad de Bernard Arnault, el multimillonario francés y presidente del grupo de lujo LVMH, conocido especialmente por la marca Louis Vuitton. No se sabe si el famoso empresario se encuentra a bordo de la embarcación.
El medio digital 14ymedio señaló que “el barco tiene 101 metros, el más grande que había fabricado Feadship en 2015, cuando Arnault lo adquirió y el nombre de sus responsables –Tim Heywood el exterior y Zuretti Interior Design por dentro– sonará poco al común de los mortales, pero se trata de uno de los diseñadores más premiados y conocidos de yates de lujo y una de las empresas más sofisticadas de decoración de interiores del mundo. El astillero, Royal Van Lent, es otro de los grandes nombres ligados a la embarcación”.
El yate tiene capacidad para 20 pasajeros en ocho camarotes de lujo y cuenta con con 16 habitaciones más para la tripulación. En total 38 personas.
“El costo de la embarcación en su momento se estimó en 150 millones de dólares, pero su mantenimiento es aún más apabullante: cuesta entre 10 y 15 millones de dólares anuales”, reflejó la publicación.
Hasta el momento no se conocen detalles de la visita que recuerda a la época del “ descongelamiento entre La Habana y Washington impulsado por Barack Obama y en la que era habitual ver a grandes figuras internacionales de visita en La Habana.



















