Las horas posteriores al veredicto contra el reguetonero cubano Chocolate MC han desatado una ola de reacciones en Miami, y una de las voces más fuertes ha sido la de su colega Osmani García. El artista, que ha tenido una relación compleja pero cercana con el polémico intérprete de “Bajanda”, salió de la corte con un mensaje que mezcla crítica, empatía y una llamada a la justicia equilibrada.
“Todos están de acuerdo en que Chocolate ha cometido muchos errores y ha dicho cosas hirientes hasta para sus seres queridos y sus ancestros en su enfermedad y adicción, nadie discute eso…”, comenzó diciendo Osmani, reconociendo los problemas personales y conductuales que han marcado la trayectoria reciente de Chocolate MC.
Pero el punto central de su declaración no fue defender lo indefendible, sino cuestionar la severidad del caso específico por el cual hoy Chocolate enfrenta una posible cadena perpetua: las amenazas de muerte dirigidas a Damián Valdés Galloso, el hombre acusado del asesinato del reguetonero cubano El Taiger.
“Pero ese caso que le están pidiendo tantos años por lo que dijo al acusado del caso Taiger en una directa por estar llamando la atención es algo que no tiene lógica”, reclamó Osmani. Para él, incluso quienes mantienen desacuerdos profundos con Chocolate reconocen que la acusación por “peligrosidad” resulta desproporcionada en el contexto de una transmisión en vivo donde, según su argumento, predominó la impulsividad y la búsqueda de atención.
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Osmani citó además la postura del abogado defensor: “Como lo dice su abogado: si lo van a castigar que sea por las cosas que realmente ha hecho y por las que de verdad merezca castigo, no por supuestamente ser un peligro para un acusado de asesinato en primer grado”. Con esa frase, subrayó su preocupación por lo que considera una exageración jurídica que podría sentar un precedente polémico dentro del sistema penal estadounidense.
En un tono más humano, el artista también puso el foco en la salud mental y las adicciones que, según él, han arrastrado a Chocolate a comportamientos erráticos durante años. “En mi opinión, muy mía, merece una clínica que le devuelva la mente a su lugar y lo enseñe a vivir de nuevo sin meterse nada que le saque la mente de su lugar”, expresó sin filtros.
Lejos de exigir unanimidad, Osmani dejó claro que cada persona es libre de sentir lo que quiera: “El que pueda y quiera apoyar que lo haga, los que quieran estar bravos están en su derecho también”. Para él, la conversación pública debe reconocer la gravedad emocional del caso, pero también la necesidad de proporcionalidad legal.
Finalmente, el mensaje culminó con un recordatorio sobre el origen de todo este proceso: el asesinato de El Taiger. “Saludos, recuerden pedir y exigir justicia para El Taiger”, concluyó.





