Bebé cubana nacida en ómnibus Yutong ya tiene nombre, y no, no es ese que Ud. está pensando

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Durante horas, en redes sociales, el chiste – si es que pudiera llamársele así – apareció escribirse solo: si una niña cubana nacía en plena ruta, dentro de un ómnibus Yutong, lo lógico era que terminara llamándose “Guagua” o, en versión más creativa, “Yutong”. Muchos lo dieron casi por hecho, como si la anécdota necesitara ese remate fácil para cerrar el cuento. Pero la realidad fue otra, bastante más humana y menos memeable: la bebé nacida ha sido nombrada Eglis Saray; Eglis Saray Arce Hechevarría.

La pequeña nació hace unos días en un ómnibus interprovincial que transitaba cerca de Sancti Spíritus. Su madre, Eglisnelvis Hechevarría Céspedes, contó a la prensa oficial que sintió sobre todo miedo, pero no por ella, sino por la niña que estaba a punto de llegar al mundo lejos de un salón de parto.

“Sentí temor… Pensé en lo que pudiera pasarle a ella. No a mí, sino a ella”, explicó. A bordo, rodeada de desconocidos y en un vehículo en movimiento, cualquier complicación podía convertirse en tragedia.

La historia dio un giro distinto cuando aparecieron, entre los pasajeros, una doctora y una enfermera que no estaban allí en misión médica, sino como viajeras más.

¡Increíble! Fueron ellas quienes convirtieron el pasillo del ómnibus en un quirófano improvisado. Según relató la madre, la atendieron “como si estuviera en un hospital”, manejaron el parto con los medios disponibles y lograron que la bebé naciera viva y estable. En medio del apuro, la propia Eglisnelvis tuvo un gesto que dice mucho: “Yo quería ponerle a mi niña el nombre de ellas, pero en el apuro no pude preguntarles cómo se llamaban”, confesó.

La historia tuvo otro componente inesperado: la leche materna. En el mismo ómnibus viajaba una mujer que estaba lactando y que, al conocer la situación, ofreció amamantar a la recién nacida. Para una bebé de apenas 34 semanas de gestación y 2200 gramos de peso, ese gesto pudo ser decisivo. Los prematuros hacen hipoglucemia con rapidez si no se alimentan, y en esa guagua no había banco de leche ni fórmula, solo la solidaridad de otra madre.

Tras el parto, madre e hija fueron trasladadas al Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos. El doctor Manuel López Fuentes explicó que se trataba de una niña prematura, pero que llegó en buen estado general. “Nunca habíamos tenido un caso así. La bebé pesó 2200 gramos. Prematura de 34 semanas. Pero llegó estable. Hicimos estudios complementarios y todo normal. La observamos casi 24 horas completas y al siguiente día pasó junto a su mamá”, declaró.

El médico reconoció la importancia de que en el ómnibus viajaran aquellas dos profesionales de la salud, así como el apoyo de los pasajeros que colaboraron para conseguir privacidad, seguridad y algo de orden en medio del susto colectivo. Lo definió como “una feliz coincidencia”, pero para la familia Arce Hechevarría será siempre mucho más que eso.

Mientras en internet el chucho bautizaba de lejos a “la niña de la Yutong”, en la vida real una madre, dos trabajadoras de la salud y una pasajera lactante hicieron lo que pudieron con lo que tenían. El resultado fue una bebé viva, con nombre propio y una historia que va a acompañarla siempre: se llama Eglis Saray, y nació en una guagua que por unos minutos tuvo que comportarse como sala de parto.

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