La historia de Shia llegó directa al corazón en “La Voz” España 2025. La cantante cubana, de 30 años y afincada en Málaga, se plantó en las audiciones a ciegas con un clásico que le corre por las venas: “Dos gardenias”, de Isolina Carrillo.
Con un fraseo elegante y un timbre lleno de matices, dejó el plató en un silencio reverencial… hasta que, sobre la campana, Malú golpeó el botón rojo y se dio la vuelta. La emoción fue inmediata: lágrimas en el escenario y un abrazo que selló su fichaje en el equipo de la madrina del pop. “Tú aquí vas a brillar”, le aseguró la coach.
Antes de cantar, la artista había recibido un empujón sentimental imposible de ignorar: un video sorpresa de sus padres desde Cuba que la desarmó entre lágrimas. Con el nudo aún en la garganta, confesó su norte personal y profesional: “Quiero superarme y demostrarme a mí misma que puedo cumplir los retos que quiero fuera de mi país”.
Shia no es una improvisada. A los 19 años ya había ganado un concurso en la Isla y en 2019 apostó por su carrera mudándose a España junto a su pareja, su sostén en este salto de fe. En Málaga ha pulido oficio y repertorio, aunque admite que la distancia pesa y echa de menos a su familia.
El paso por el prime time le pone nombre y escenario a un sueño largo. “Desde Cuba veía La Voz, así que esto es un sueño hecho realidad”, dijo, aún con la adrenalina a flor de piel.
Ahora, bajo la batuta de Malú, la cubana se propone crecer, agradecer el sacrificio de los suyos y convertir esa primera ovación en una carrera sostenida. Una noche, una canción y un giro de último segundo bastaron para confirmar lo evidente: Shia llegó para quedarse.





