La muerte de Cinthia Liliana Sierra Linares, una mujer de 35 años nacida en Colombia y residente en Miami, ha movilizado a decenas de personas que, desde el fin de semana, aportan dinero para cubrir los gastos de su despedida.
La campaña en GoFundMe, organizada por su amiga Aluna Urrutia, acumulaba hasta este lunes $14,284, el 89% de una meta de $16,000, con 163 donaciones. Urrutia afirma que no recibirá beneficio personal alguno y que los fondos pasarán directamente a la familia para cubrir servicios fúnebres, traslados y, de ser necesario, costos legales.
Señala además que el dinero será entregado a la hermana de la víctima, Jennifer Sierra.
El impulso solidario llega tras una noche trágica. De acuerdo con un informe policial citado por Local 10News, el 18 de septiembre, otro hispano residente en Miami, Oscar Portillo, de 23 años, habría provocado dos choques consecutivos mientras conducía un Honda Accord de 2009. Portillo tenía su licencia suspendida desde el 5 de julio.
Testigos relataron que Portillo avanzaba a exceso de velocidad y hacía maniobras bruscas en Overtown, cuando impactó por detrás a una camioneta Chevrolet Colorado detenida en la luz roja de la intersección de la Northwest 12 Avenue con la 11 Street. Tras el golpe, retrocedió, volvió a chocar la camioneta y, según el reporte, miró a las víctimas con una sonrisa sarcástica antes de huir, cruzando la luz en rojo.
Minutos después, ya en Allapattah, cruzó otra luz roja en la 20 Street y embistió a un Jeep Compass que circulaba en dirección este.
El impacto lanzó al Jeep contra un poste y lo hizo girar antes de detenerse; el Honda chocó contra una señal y un muro. Un pasajero del primer vehículo corrió a auxiliar a la conductora del Jeep, atrapada en el interior, y vio a Portillo bajarse del Honda riéndose y gritando en español “¿Cuál es el problema?”, según se recoge en el arresto.
La conductora del jeep era Sierra Linares. Los paramédicos la hallaron sin posibilidad de ser rescatada con vida y fue declarada muerta poco después de las 11:10 p.m.
La policía reportó que Portillo olía a alcohol y tenía la lengua tropelosa. Le extrajeron sangre para análisis toxicológico y lo arrestaron el 19 de septiembre en el Jackson Memorial Hospital, adonde había sido llevado con fracturas en el antebrazo y la muñeca.
Al día siguiente quedó bajo custodia en el Turner Guilford Knight Correctional Center, con una retención de Inmigración. La Fiscalía presentó cargos el 21 de septiembre por homicidio vehicular en modalidad temeraria y dos cargos por abandonar la escena de un accidente con lesiones graves.
En las redes el debate se centra en que no sea deportado, pues podría volver a ingresar a los Estados Unidos. Otros indican su rostro, fiero y temerario, alegando que individuos como ese, no deberían volver a ver la luz del sol nunca más.
Mientras el expediente avanza, la misma comunidad que está molesta por el dolor de ver a un hispano en Miami, ebrio, actuando con tal impunidad al volante, sin cuota alguna de remordimiento, intenta cerrar filas alrededor de la familia de la víctima. La campaña “Support for Funeral Expenses of a Dear Friend”, creada por Urrutia, apela a la empatía de vecinos, amigos y compañeros de trabajo: “Cada contribución, por pequeña que sea, significa un gesto de amor y solidaridad”, escribió.
Entre las donaciones figuran aportes de $1,000 y múltiples contribuciones medianas y pequeñas que, en conjunto, han acercado la meta a su tramo final. La familia de Cinthia, en medio del duelo, agradece ese respaldo que busca aliviar, al menos en lo inmediato, el peso económico de una pérdida que no tiene arreglo.
