La influencer cubana Claudia Artiles deslumbró a sus seguidores en Instagram al aparecer vestida de novia, con velo, un ramo de flores blancas y un impecable maquillaje nupcial. En cuestión de horas, las imágenes acumularon miles de comentarios y felicitaciones, muchos convencidos de que la joven finalmente había dado el “sí” junto a su pareja, el también creador de contenido Jorge Batista, conocido como Ultrack.
El revuelo fue tal que la propia Claudia decidió aclarar las cosas en otro video. Con su habitual cercanía hacia el público, explicó que la escena no formaba parte de una boda real, sino de una colaboración artística realizada junto a una maquilladora y un fotógrafo. “Quiero ser sincera con ustedes porque he visto la emoción y el apoyo y estoy muy agradecida, pero necesito aclararles algo: lo que vieron fue una colaboración muy especial que realicé junto a una maquilladora y un fotógrafo. No fue una boda real, pero no les niego que es un sueño hermoso que espero que en un futuro pueda suceder”, escribió.
Lejos de tratarse de una simple sesión de fotos, la influencer confesó que el proyecto tenía un propósito específico: apoyar el emprendimiento de una madre cubana dedicada al maquillaje nupcial. Sin embargo, la experiencia tuvo un efecto inesperado en ella. “Vestirme de esa manera y dejar que me transformaran por completo fue mágico y especial, aunque solo se trató de una producción creativa”, aseguró. Su sinceridad fue acompañada de un agradecimiento a quienes se emocionaron con las imágenes, y dejó claro que, aunque la boda no ocurrió, sus sueños y anhelos sí son reales.
El detalle más comentado llegó al referirse a la reacción de Ultrack durante la sesión. “Lo sentimos muy real. Ultrack prácticamente no me quería ni mirar porque él quiere boda y se emocionó al verme así. Con la bendición de Dios lo haremos realidad”, confesó Claudia, dejando entrever que, aunque la ceremonia aún no existe, las intenciones de ambos apuntan a un futuro juntos.
La pareja, que suma poco más de seis meses de relación, se ha consolidado como una de las más seguidas dentro del universo digital cubano. Su historia ha estado marcada por gestos de complicidad que trascienden las pantallas. Basta recordar los tatuajes que se han dedicado mutuamente o la sorpresa que Claudia preparó para el cumpleaños 37 de Ultrack, cuando decoró con esmero un espacio que conmovió a sus seguidores por la carga emocional del gesto. Estos detalles han convertido su romance en un relato compartido, seguido con entusiasmo tanto en la Isla como por cubanos en la diáspora.
La producción creativa con vestido de novia, aun sin ser una boda real, refuerza la narrativa que ambos han construido: un vínculo cargado de ternura, respeto y proyectos a futuro. Lo que parecía un simple contenido promocional terminó abriendo la conversación sobre el papel de las redes en la vida íntima de las parejas y la manera en que el público se involucra en esas historias.
Al final, la ilusión generada y la posterior aclaración de Claudia no solo muestran el poder de las imágenes en la era digital, sino también la manera en que los seguidores participan emocionalmente de la vida de sus referentes. La línea entre lo vivido y lo representado se vuelve difusa, y en esa frontera se alimenta la fascinación colectiva. Quizás por eso, aunque la boda aún no se concrete, la audiencia ya la sueña con ellos.





