Un operativo policial en el occidente de Cuba habría puesto fin, este jueves, a la cacería del hombre señalado por vecinos de Artemisa como responsable de al menos dos homicidios ocurridos el 5 de septiembre en la zona montañosa de Candelaria.
Según videos y testimonios difundidos en redes sociales, el sospechoso —identificado por varias publicaciones como Arisbel Cabeza Reyes— fue capturado en Valdés, Bahía Honda, luego de lesionarse con un arma de fuego cuando iba a ser reducido por las autoridades. Presuntamente iba a quitarse la vida, pero esto no ha sido del todo confirmado.
En las imágenes grabadas por residentes se observa su traslado al hospital de Bahía Honda y, posteriormente, su evacuación al Hospital Comandante Pinares, de San Cristóbal, y al Calixto García, en La Habana. Estas versiones tampoco han sido confirmadas oficialmente y no pudieron ser verificadas de forma independiente.
Lo que sí está documentado por la prensa es el doble homicidio de Francisco Torres Rodríguez (80) y su hijo Yaciel Torres Remedio (46), ocurrido en la finca El Cusco, un sitio intrincado del paraje Las Terrazas (municipio Candelaria, Artemisa).

Ambos cuerpos fueron hallados en el exterior de la vivienda y en puntos diferentes de la finca, informó la prensa local al dar cuenta de que la fiscalía y el Ministerio del Interior abrieron una investigación por homicidio.
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Medios independientes habían descrito en los días previos un clima de alarma vecinal: patrullajes, controles en carreteras y advertencias boca a boca sobre un hombre armado que se movía entre Candelaria, San Cristóbal y Bahía Honda tras el crimen de padre e hijo. En esa cobertura se insistía en que faltaba una confirmación oficial sobre el paradero del sospechoso y su identidad.
Además de los videos en Facebook en los que usuarios aseguran que el sospechoso fue intervenido y estabilizado por personal sanitario tras la herida de bala supuestamente autoinfligida al momento de la captura, otras imágenes muestran a residentes concentrados frente al hospital de San Cristóbal, reclamando “justicia”. Repetimos: son reportes ciudadanos y, hasta el cierre de esta nota, no existía un parte oficial del MININT ni de la Fiscalía que confirmara el estado clínico del detenido, los lugares de traslado ni la secuencia exacta de los hechos.
La ola de comentarios en redes refleja el estado emocional de las comunidades afectadas.
“Cuba está patas arriba…”, resumió un usuario; “para los delincuentes sí hay ambulancias; para quien de verdad la necesita, no”, reprochó otra comentarista a propósito de los traslados del sospechoso en un medio que cada vez escasea más en el país.
Muchos exigieron penas máximas y mano dura, y no faltaron pedidos de pena de muerte, una figura que Cuba mantiene en su legislación pero que lleva años sin aplicar. E incluso, que lo dejaran morir en el hospital, si total, una persona como él no merece estar vivo, indicaron algunos internautas.
Incluso hubo uno que, en una publicación hecha por el periodista Alberto Arego, pidió que se lo entregaran al llamado «caníbal de Santiago de Cuba». ¡Así está el nivel de justicia callejera en la isla!
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Otros pidieron cautela y llamaron a no linchar en la plaza pública: “Nadie hace eso en su sano juicio”, escribió una internauta, mientras algunos vecinos expresaron temor a que el detenido se fugue si no se refuerza su custodia hospitalaria, teniendo en cuenta que ya se fugó de una prisión, donde en teoría, es mayor la seguridad.
En paralelo, ciertos mensajes atribuyeron al mismo hombre un tercer asesinato: el de su expareja, cometido días antes.
No existe confirmación oficial de ese extremo; medios locales y nacionales solo han reportado —hasta ahora— el doble homicidio de Candelaria y la apertura de la investigación penal correspondiente. Sin embargo, en la publicación hecha por Arego, un internauta identificado como «Ciclón Camejo», dio a conocer un nombre y publicó una foto. La víctima, según Camejo, se nombraba Mercedes Cantero y era conocida como «La Mora».
Más allá de la información fragmentaria propia de un caso en evolución del que la prensa oficial no ha dado a conocer nada y es probable que no haga nunca, haciéndole el juego a los rumores y las tergiversaciones propias de la comunicación oral, para luego ellos saltar a la palestra pública y acusar a todo el mundo de propagar FAKE NEWS e intentar «dañar a la Revolución con mentiras», el expediente de este caso vuelve a encender las alarmas sobre la violencia letal en el país y sobre la opacidad informativa con la que con frecuencia se manejan estos hechos. En su cobertura, 14ymedio citó datos del Observatorio Cubano de Auditoría Cívica que registran al menos 44 asesinatos y 77 intentos de asesinato denunciados de enero a julio de este año, en un contexto de crisis económica y desgaste institucional que, a juicio de analistas, erosionan la seguridad ciudadana.
También hubo reproches a la desigualdad en las respuestas del Estado según el perfil de las víctimas y de los victimarios.
“Las condenas a estos casos son cortas comparadas con las que reciben opositores”, opinó un usuario en un video viral, contraponiendo la rapidez del despliegue sanitario y policial en este expediente con los desabastecimientos y demoras que interpelan a los ciudadanos en emergencias médicas ordinarias.
Más allá del énfasis retórico, el episodio de Bahía Honda–San Cristóbal exhibe un patrón que se repite: silencio oficial durante horas (o días), información que corre primero por WhatsApp y Facebook, y comunidades que llenan el vacío con miedo, rumores y demandas de castigo ejemplar.
Por ahora, lo que se conoce con respaldo documental es lo siguiente:
Las muertes de Francisco Torres Rodríguez y Yaciel Torres Remedio en Candelaria fueron confirmadas por la prensa provincial y nacional; la investigación penal está abierta.
Diversos medios independientes (ADN Cuba, Periódico Cubano, OnCuba) reportaron la búsqueda del sospechoso en los días subsiguientes, con versiones sobre un prófugo que se movía por la zona.
Este jueves, videos ciudadanos mostraron la aparente captura del hombre señalado y su traslado hospitalario tras una herida de bala que —según esas fuentes— se habría provocado él mismo. No hay confirmación oficial de esos extremos al cierre de esta edición.
De confirmarse la detención, el caso entrará en fase procesal. La Fiscalía deberá tipificar los hechos (homicidio, asesinato u otras figuras agravadas) y la instrucción penal determinará si hubo complicidades o encubrimientos, cuestión que varios usuarios apuntaron al mencionar a familiares que supuestamente suministraron alimentos mientras el sospechoso estaba escondido. Cualquier juicio debería, además, incorporar peritajes balísticos, forenses y psiquiátricos que aclaren la capacidad de imputabilidad del acusado, dada la mención recurrente a un posible desequilibrio mental.
Mientras tanto, Candelaria, San Cristóbal y Bahía Honda tratan de recuperar la calma. En Las Terrazas, los amigos de Francisco y Yaciel siguen velando a padre e hijo, exigiendo “justicia con nombre y apellidos”. Y en las salas de urgencias, médicos y enfermeras —que hoy han tenido que entrar a salvar la vida del presunto victimario— recuerdan, una vez más, que su juramento no distingue entre culpables e inocentes, por más que algunos comentaristas hayan expresado impúdicamente que «lo dejen morir».
Nota: Esta es una noticia en desarrollo. Actualizaremos cuando el MININT o la Fiscalía emitan una comunicación oficial sobre la detención, el estado de salud del sospechoso y la imputación de cargos.





