El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) emitió este miércoles un aviso sobre un sistema de baja presión en el Atlántico oriental que, según sus modelos, presenta un 70% de probabilidades de convertirse en ciclón tropical en los próximos siete días. La perturbación, identificada como Disturbance 1, se ubica al suroeste de las islas de Cabo Verde y se desplaza hacia el oeste-noroeste, en dirección al Caribe.
De confirmarse su desarrollo, el fenómeno recibiría el nombre de Gabrielle, la próxima en la lista de la temporada ciclónica 2025.
La meteoróloga Tara Lane, de Queen City News, advirtió en sus redes sociales que “la probabilidad de formación es alta” y pidió a la población mantenerse atenta a los partes oficiales. “Es todavía temprano, pero hay que seguirlo de cerca en los próximos días”, apuntó.
Por su parte, el especialista cubano Rubén Capote subrayó que el sistema estaba dentro de lo esperado para esta semana y que pronto podría ser clasificado como Invest para someterlo a modelos más detallados.
Con un tono entre técnico y humorístico, al hablar sobre su futura trayectoria, Capote señaló que “saber exactamente a dónde va ahora mismo es como ganarse el Powerball”, pero que, de cualquier manera, el desplazamiento al oeste obliga a vigilarlo tanto en las Antillas como en el Caribe.
Lo único cierto, sugirió Capote, es que pronto comenzarán las personas a llevarse las cajas de agua y los papeles sanitarios de los estantes de Walmart, como si no hubiese un mañana. Un hecho que ocurre cada año cada vez que un fenómeno de estos se acerca a la Florida.
Algunos modelos sugieren que el disturbio podría girar hacia el norte antes de acercarse a las islas, lo que lo mantendría en mar abierto. Otros, en cambio, muestran un posible acercamiento más pronunciado al arco de las Antillas, lo que reaviva la preocupación en países como Puerto Rico, República Dominicana, Cuba y eventualmente la Florida.
Aunque la incertidumbre es alta, lo cierto es que el sistema aún se encuentra lejos de tierra firme y hay al menos una semana por delante antes de que pueda representar un riesgo concreto. Esa distancia ofrece margen para prepararse y seguir de cerca su evolución sin caer en alarmismo, señaló Capote.
Sin embargo, en redes sociales, las reacciones combinan preocupación con resignación. Usuarios en Puerto Rico y Cuba destacan que “cada año toca lo mismo” y llaman a mantener la calma, mientras otros recuerdan que lo esencial es la preparación. “Lo mejor es que dé el giro temprano y se vaya mar adentro”, comentan muchos.
Para los cubanos este representa un peligro adicional. Por un lado, la difícil situación socioeconómica que se vive en la isla no resiste el paso de un huracán por su territorio y… ¡estamos en Septiembre! Un mes tradicionalmente «utilizado» por estos caprichos de la naturaleza para hacer su aparición por la isla.
Por ahora, la instrucción general de los meteorólogos es clara: vigilar, informarse y no bajar la guardia. La temporada ciclónica se encuentra en su punto más activo y la disciplina en la preparación sigue siendo la mejor defensa frente a la incertidumbre que representan estos sistemas.





