El histórico Café Cuba de Palmerston North, uno de los locales más populares de la región de Manawatū, cerró sus puertas en agosto dejando tras de sí una deuda fiscal que supera el millón y medio de dólares. La noticia, confirmada por NZ Herald, generó conmoción entre clientes y trabajadores, pues el establecimiento era considerado un ícono local de la hospitalidad neozelandesa.
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Los propietarios, Darlene y Paul Woodhead, anunciaron el cierre a través de un comunicado en la página de Facebook del café el pasado 19 de agosto. En el mensaje, agradecieron los “muchos años maravillosos” junto a la comunidad, recordaron “cada café compartido y cada charla amistosa” y se despidieron con un tono emotivo. También confirmaron que todas las reservas y vouchers pendientes quedaban invalidados, ya que el negocio dejaba de operar definitivamente.
Sin embargo, la reacción de parte de la comunidad ahora ha sido mucho menos nostálgica. Algunos clientes aprovecharon el espacio para expresar su enojo y decepción, acusando a los dueños de falta de responsabilidad al acumular semejante deuda con Inland Revenue Department (IRD) y con empleados que quedaron en el aire. “Esto no es solo un fracaso financiero, es una traición de confianza”, escribió un usuario indignado en la página, mientras otros recordaban que el café había llegado a facturar millones y a ser premiado como “Café del año” en el país.
El golpe económico se reflejó en el proceso de liquidación, llevado adelante por los síndicos Steven Khov y Kieran Jones. No obstante, en medio de la polémica surgió una noticia inesperada: un negocio local adquirió los activos del café, lo que abre la posibilidad de que el espacio vuelva a la vida bajo otra administración.
La pista más clara apareció en los últimos días con un anuncio de empleo publicado bajo el nombre “Cafe Cuba”. Allí se ofrecen puestos de tiempo completo y permanentes para personal de sala, kitchen hands y chefs. El aviso recalca que buscan gente “apasionada por la buena comida, el café y el servicio ocupado”, lo que ha sido interpretado como una señal de que el café prepara su reapertura en la misma ubicación, aunque con nuevos responsables.

De esta manera, el cierre de Café Cuba no parece ser el final absoluto de un lugar que, por más de dos décadas, marcó la identidad gastronómica de Palmerston North. Resta ver si, bajo otra dirección, logra recuperar la confianza de una comunidad que lo vio crecer, lo celebró y ahora lo despide entre la nostalgia y la crítica.





