La influencer y modelo cubana Rachel Arderi ha encendido las redes con una de sus más recientes publicaciones, donde comparte a sus seguidores cómo transcurre un día completo en su vida. Aunque la idea parece inofensiva, lo que realmente ha sorprendido es que volvió a mostrar detalles íntimos de su entorno familiar, algo que había prometido no hacer más.
Y es que tras el accidente automovilístico que sufrió en marzo pasado —poco después de que su esposo, el reguetonero Bebeshito, le regalara una Mercedes G-Wagon 2025—, Arderi había anunciado públicamente su decisión de no exponer más su vida personal en redes sociales.
Sin embargo, en su último video no solo se le ve en el gimnasio o trabajando, sino también compartiendo tiempo con sus hijos, familiares y hasta jugando dominó en casa. Esta inesperada apertura generó una ola de reacciones entre sus seguidores.
Varios usuarios le recordaron sus propias palabras. “La que no iba a publicar nada de su vida privada”, le escribió un seguidor, a lo que Rachel respondió de forma clara y sin rodeos: “A veces decimos y hacemos cosas en momentos de depresión y angustia, pero con el tiempo entendemos que todo lo malo pasa y que también se aprende de los errores”.
Y no se quedó ahí. La influencer agregó: “Si algo me hace feliz son mis hijos y mi familia, entonces ¿por qué no mostrarlo? Hace mucho dejé de vivir pensando en el qué dirán. Yo solo soy feliz, y tú deberías serlo también. El día que nos toque irnos de esta vida, ya nadie más se va a acordar de nosotros”.
Más tarde, desde sus historias en Instagram, compartió nuevamente su postura, agregando un toque bien directo: “Por casualidad vi este comentario. Mi madre siempre dice que la gente feliz no jode, es lo único que tengo para responder a mi último reel”.
Cabe recordar que tras su accidente, Rachel se había alejado temporalmente de las redes. En aquel momento explicó con total sinceridad que su decisión de no compartir más detalles personales se debía al negativo impacto emocional y a la presión que sentía al exponerse tanto.
“Hay muchas personas que nos quieren, pero también hay muchas personas malas, que nos desean el mal, que nos quieren ver mal”, dijo entonces.
“Un 80% de las personas me quieren y me desean lo mejor, pero hay un 20 que sé que no es así. Los malos ojos existen. Es triste, pero es verdad”.
A pesar de las críticas, Rachel parece haber retomado este aspecto en sus redes, una nueva forma de conectar con sus seguidores, compartiendo lo que le hace feliz sin filtros ni miedo al qué dirán.
