Los cumpleaños siempre sacan lo mejor de las personas… y también despiertan las sospechas más dulces. Esta semana, Dany Ome, uno de los reguetoneros con más proyección del momento, celebró sus 24 años rodeado de cariño, pero hubo un detalle que se robó toda la atención (y los suspiros): el regalo de su inseparable amiga, la influencer Samantha Hernández.
En un video que ya bordea el medio millón de vistas en Instagram, Samantha aparece llegando a la casa de Dany en Homestead, con una sonrisa cómplice y un paquetico que parecía inocente… hasta que se abrió. Dentro, un anillo de oro con brillantes que, aunque no venía con propuesta de matrimonio, sí venía cargado de emoción.
“Feliz cumpleaños, gordo. Te quiero con la vida, no es mucho, pero es de corazón. Las palabras están de más”, escribió la influencer al pie del clip. Y aunque la joya era hermosa, lo que realmente hizo estallar las redes fue la química brutal que se respira entre ambos. Abrazos apretados, miradas que hablan y un lenguaje corporal que grita más de lo que calla.
Los fans, por supuesto, no tardaron en reaccionar con frases como “¡Cásense y ya!”. Y Dany, conmovido hasta los huesos, no se quedó callado: “Nada que venga de tus manos es sencillo porque sé con el amor y el esfuerzo que lo haces. Tú eres mi yo mujer, mi hermana, mi amiga, mi confidente. Te amo con la vida”, respondió el reguetonero, derritiendo a medio Instagram con su declaración.
Y si eso no bastaba para alimentar los rumores, Samantha remató con una frase que dejó corazones latiendo fuerte. “Gracias por, en tan poco, convertirte en tanto. Estoy tan feliz por todo lo que te está pasando y sé que vienen cosas mejores. Te quiero con la vida”.
Lo cierto es que Dany Ome está felizmente casado con “La China”, una joven con la que lleva alrededor de ocho años de amor y con quien comparte dos hijos pequeños. Una relación sólida que el artista no oculta y que defiende con el corazón en la mano.
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En febrero, cuando los cuchicheos empezaron a desbordarse, Dany publicó una foto con su esposa, abrazados y radiantes, con un mensaje que fue directo al alma: “Yo no soy bueno, la buena eres tú, que nunca te has cansado de estar a mi lado”.
¿Y qué hizo Samantha? En vez de apartarse o quedarse en silencio, comentó con orgullo: “Orgullosa de leer esto”, con un corazón rojo que parecía bendecir la relación.
