Alejandro Oscar Guerra Galán, un joven tatuador cubano de 30 años, fue hallado sin vida el pasado 10 de diciembre en su apartamento en Pontetaro, Parma, Italia. El fallecimiento de Alejandro, quien había celebrado su cumpleaños el 13 de noviembre, ha conmocionado a la comunidad local, donde era muy querido.
Alejandro llevaba siete años viviendo en Parma, donde había logrado integrarse completamente. Trabajaba en el reconocido estudio de tatuajes Mörk Tattoo, ubicado en el centro histórico de la ciudad. Sus colegas y clientes lo recuerdan como un profesional talentoso y una persona amable y generosa. “Era un chico lleno de vida y siempre gentil con todos, una auténtica alma buena”, relataron sus amigos más cercanos.
El joven, quien además amaba la música latina y la gastronomía, había estudiado en el instituto de hostelería en Alghero, Cerdeña, antes de dedicarse por completo al mundo del tatuaje. Su familia, residente en Alghero, se trasladó a Parma tras recibir la noticia de su muerte, que según las primeras investigaciones, no parece haber ocurrido por causas violentas, señala Parma Today.
Su trágica muerte antecedió a una serie de hechos relacionados con cubanos en Italia, que por un motivo u otro, fueron cintillos en la prensa de ese país.
Cubano de 39 años amenaza a su ex cuñado
Días después del suceso se conoció que un cubano de 39 años fue denunciado por su vecino a la policía de la localidad de Vigodarzere, por haber amenazado de muerte a su vecino.
Los Carabinieri de la comisaría de Cadoneghe se presentaron en el lugar y arrestaron al cubano, residente en la localidad, al que responsabilizaron de amenazas agravadas. La oportuna intervención del ejército, en la vía Europa de Vigodarzere, permitió sofocar la discusión y evitar mayores consecuencias, y durante el registro, al cubano se le ocuparon un matamoscas para perros de libre acceso, marca Hard Punisher, modelo Lady, y 44 balas, todas las cuales fueron incautadas.
Según el acta policial, los hechos ocurrieron la noche del 13 de diciembre cuando la víctima intimidada, un italiano de 50 años, contactó al teléfono 112 explicando que había sido amenazado de muerte con un arma de fuego por su vecino. La discusión que se produjo por motivos triviales, escaló cuando el cubano agarró una de las armas incautadas y amenazó de muerte al vecino.
Il Gazzettino señala que el cubano es el ex cuñado de la víctima, que viven uno al lado del otro, en un chalet adosado. La discusión, dice el medio, fue porque la víctima acusó al cubano de treinta y nueve años de no haber pagado la factura del agua, que a la postre eran apenas unos euros.
El cubano se justificó diciendo que su ex esposa era quien siempre se había encargado de pagar las facturas. Le aseguró a su excuñado que todo estaba bien, pero este siguió protestando. Fue ahí cuando el cubano perdió el control de la situación; entró a la casa y salió con el matamoscas en la mano.
Descubren falsa boda. La novia, una cubana de 30 años, se casó con un hombre de 64 años.
La Jefatura de Policía de Udine descubrió que, el «Sí» que dieron en una boda celebrada el 9 de julio de 2022, un italiano de 64 años y una cubana de 30 años ante un funcionario del registro civil del municipio de Codroipo, era más falso que una peluca. El verdadero motivo de la boda era lograr que la cubana pudiera obtener los papeles y quedarse a vivir en Italia.
A pesar de que ambos alquilaron un apartamento de 25 metros cuadrados en el pueblo para vivir juntos, la policía descubrió que, en los meses siguientes, nadie, ni los vecinos ni el propietario del apartamento, los habían visto juntos nunca.
De hecho, no habían visto a la pareja viviendo allí. Otros controles policiales locales también habían fallado, y por tal motivo procedieron al arresto. Raffaele D’Agostino, de Adorgnano di Tricesimo, y el organizador de la boda, Mario Sandri, de 53 años, de Sammardenchia, fueron acusados de complicidad con la inmigración y de falsedad ideológica.
Los dos fueron condenados a penas de 8 meses, 20 días y 6 meses de prisión respectivamente ante el Gup Mariarosa Persico de Udine. Las sanciones fueron sustituidas por el pago de multas por un importe total de casi 19 mil euros.
Il Friuli no detalla qué pasó con la cubana, pero presumiblemente haya sido deportada del país o estar a la espera de ello.
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