La llegada de miles de cubanos desde la noche de este lunes al Santuario Nacional de San Lázaro, en el poblado habanero de Santiago de Las Vegas, evidencia la fe que le siguen profesando a este santo milagroso.
Pese a la profunda crisis que vive Cuba, los devotos del Viejo Lázaro, cuyo día se celebra este 17 de diciembre, han asistido en masa a la popular iglesia desde el pasado fin de semana.
Según muestran imágenes publicadas en el perfil oficial del Santuario en Facebook, como cada año los cubanos han ido hasta el altar de San Lázaro portando velas, flores, estampas o dulces, vistiendo de morado o llevando a sus hijos en brazos.
Dado lo drásticas que son muchas de las promesas que los cubanos le hacen a este santo, ya que muchos acuden a la flagelación o se trasladan durante muchos kilómetros descalzos, cargando pesadas piedras o arrastrando cadenas, durante la peregrinación ha hecho falta la intervención de rescatistas.
La devoción de los cubanos por San Lázaro, cuyas festividades este año se han realizado fuera de la iglesia “por motivos sanitarios y de seguridad”, solo puede ser comparada con la que se le tiene a la Caridad del Cobre, Santa Patrona de la isla.
Hay que recordar que este martes, en la religión católica, se recuerda a Lázaro de Betania, amigo de Jesús y posteriormente obispo; y, entre los practicantes de las religiones afrocubanas, a la representación del orisha Babalú Ayé.
Entre los cubanos convive la imagen del Lázaro resucitado y la del Lázaro pobre, un personaje de una parábola bíblica, que tiene heridas en todo el cuerpo y siempre va acompañado de sus perros.
El Santuario de Rincón es el segundo templo católico de mayor importancia en Cuba, después del de la Basílica de la Virgen de la Caridad, en el Cobre, Santiago de Cuba.
Daimy Acebedo, una madre de Camagüey devota a San Lázaro, comentó a la agencia AP que se arrastraba de rodillas cargando a su hijo de dos años en la espalda, porque su niño ya habla, pese a que los médicos del hospital donde lo atienden le dijeron que no podría hacerlo.
“Yo lo que quiero es hacer esta promesa de dejar las drogas. Lo hago por mi abuela, por mi madre, por mi esposa, por mis hijos, por todos”, dijo Álvaro Ernesto Pérez, quien consume drogas desde que tiene 16 años.
Si bien cada 17 de diciembre miles de cubanos expresan su amor a San Lázaro, el santo de los pobres y los enfermos, este año, en que el país atraviesa una situación caótica, lo hacen con mayor fuerza.
