Kiev no cederá ni un palmo. Ese fue el mensaje que Volodímir Zelenski llevó a una ronda exprés de gestiones europeas mientras Washington presiona por un alto el fuego.
“Ucrania no tiene derecho a regalar nada, ni bajo la ley nacional, ni internacional, ni moral”, afirmó el presidente durante una reunión en Londres con el primer ministro británico, Sir Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Friedrich Merz. Con ese marco, anunció que su equipo ultima una propuesta de paz revisada con respaldo de líderes europeos.
El primer borrador impulsado desde Estados Unidos —filtrado semanas atrás— encalló en Kiev y en varias capitales del continente por incluir exigencias de Moscú como la entrega del Donbás y la renuncia formal de Ucrania a ingresar en la OTAN.
La nueva versión, según fuentes diplomáticas ucranianas, condensaría el documento a unos 20 puntos y “mantiene intactas las posiciones pro-ucranianas”. Zelenski aseguró que enviará esa actualización a la Casa Blanca “en los próximos días” y que ha mantenido “conversaciones constructivas, aunque difíciles” con el enviado estadounidense Steve Witkoff y con Jared Kushner.
Tras Londres, el mandatario viajó a Bruselas para verse con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en busca de apoyo político y financiero.
En paralelo, fue recibido en el Vaticano por el papa León XIV, a quien agradeció la “constante oración por Ucrania” y a quien invitó a visitar el país: “Invité al Santo Padre a visitar Ucrania; sería una poderosa señal de apoyo para nuestro pueblo”, escribió en X. La Santa Sede, según Kiev, está dispuesta a ampliar sus misiones humanitarias, incluida la mediación para el retorno de menores deportados.
Mientras la diplomacia se mueve, el frente sigue ardiendo. Moscú proclamó la toma de Pokrovsk, un nudo logístico en Donetsk, y dice avanzar hacia Myrnohrad; Kiev lo desmiente y sostiene que sus fuerzas siguen combatiendo en la zona.
El jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Gerásimov, habló incluso de control sobre parte del casco urbano de Myrnohrad. Analistas independientes, como el ISW, apuntan que no hay pruebas concluyentes de que Pokrovsk haya caído por completo, aunque Rusia presume del golpe para llegar con ventaja a unas eventuales conversaciones.
Zelenski volvió a atar cualquier modificación de fronteras a una consulta nacional y a la memoria de quienes resisten desde 2022: “ceder territorio sería traicionar a los soldados y a los ciudadanos”. Y resumió su posición de fondo: “Queremos la paz, pero no a cualquier precio”.
