Cuatro historias que, aunque distintas, se entrelazan en el mismo escenario: Miami, donde un policía y un reportero, figuras supuestamente vinculadas al orden y la verdad, terminan enredados en delitos que cuestionan su ética y credibilidad.
Lo de Jorge Lázaro y Elaine no solo son victorias personales: son también una señal de que, con estrategia legal y perseverancia, es posible abrir grietas en un muro que parecía infranqueable.
Este lamentable incidente representa una pérdida tangible para la memoria colectiva de la comunidad cubanoamericana en Miami. Más allá del patrimonio físico, desaparece un rincón donde convergían historias, sabores y recuerdos.
Entre la aplicación estricta de la ley a quienes cometieron delitos graves y la indefensión de quienes alegan persecución política, los cubanos siguen atrapados en un laberinto migratorio que no ofrece salidas claras. Y estos casos lo demuestran
La violencia con armas de fuego en Estados Unidos sigue dejando capítulos de horror en la historia estadounidense. El tiroteo ocurrido este miércoles en...
El caso ha generado un fuerte debate en las redes sociales no solo por la brutalidad de los hechos, sino también porque Muñoz-Ochoa tenía un largo historial de arrestos previos por delitos bien graves y detenciones relacionadas con inmigración.
La cubana Vivian Limonta, deportada en agosto de 2024 tras una cita rutinaria con inmigración en Miramar, pudo abrazar nuevamente a su hijo de apenas tres años, quien viajó a la isla para verla. Las imágenes difundidas muestran la emoción contenida de una madre que, desde su regreso forzado a Cuba, ha vivido entre la nostalgia y la incertidumbre.
Lo que empezó como una hazaña individual terminó convirtiéndose en un testimonio de solidaridad compartida: un recordatorio de que, a veces, los kilómetros más largos se recorren con el corazón.
Lo que comenzó en 1992 como un simple rediseño del puente que conecta el downtown con Watson Island terminó convertido en la obra del Signature Bridge, una estructura que debía estar lista en 2027 y que ahora, tras el más reciente aplazamiento, no verá su fin antes de 2029. Y la Flagler lleva 14 años arreglándose.
El caso se destapó a inicios de octubre del pasado año, cuando la hija de la paciente advirtió que el reloj —un obsequio de su difunto esposo— había desaparecido de las pertenencias entregadas al ser dada de alta.