A través del director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS por sus siglas en inglés), Joseph Edlow, el gobierno de Estados Unidos estaría pensando en modificar el examen de naturalización estadounidense y el sistema de asignación de visas H-1B, bajo el argumento de que ambas herramientas deben alinearse mejor con los intereses nacionales.
“Hay rumores de que USCIS planea poner un poco más difícil la entrevista para hacerse ciudadano, así que corra a hacerse ciudadano lo antes posible”, advirtió la abogada de inmigración Maybel Castellón en Instagram.
“Tiene sentido el hecho de que puedan endurecer las preguntas o agregar preguntas para hacerlo más complicado”, recalcó la experta.
No obstante, hasta el momento “no es tan complicado hacer el examen y son preguntas que te puedes aprender de memoria”. “Vas a estudiar y vas a lograr pasarlo aunque tu inglés no sea perfecto”, alentó la especialista antes de subrayar que, “si tiene los años de residencia y todos los demás requisitos, se apure a hacerse ciudadano”.
Si bien hasta ahora la administración Trump había centrado sus esfuerzos en frenar la inmigración ilegal, Edlow señaló que el actual examen de ciudadanía de USCIS es demasiado fácil, lo que permite a los solicitantes memorizar respuestas sin demostrar un entendimiento real del civismo estadounidense.
“No es muy difícil”, reconoció antes de añadir que esto no se está “comportando con el espíritu de la ley”.
Hay que recordar que antes de 2008 el test era aleatorio y poco uniforme, pero la administración Bush lo reformó para incluir una prueba estandarizada de una decena de preguntas, con al menos seis respuestas correctas requeridas.
Durante el primer mandato de Donald Trump se aumentó a 128 preguntas, exigiendo responder 12 de 20 correctamente.
Esta versión fue revertida por la administración Biden en marzo de 2021, y un rediseño posterior fue descartado tras recibir críticas negativas a finales de 2024.
En torno a las visas H-1B, que se emplean para traer trabajadores calificados a Estados Unidos, Edlow enfatizó que deben servir para complementar, no reemplazar, a los empleados estadounidenses.
