Mientras Nicaragua celebra una fecha que simboliza la independencia cubana, La Habana la considera un símbolo de subordinación imperialista. Este episodio pone en evidencia las tensiones y contradicciones en las relaciones entre dos regímenes que, aunque aliados, mantienen diferencias en la interpretación de su historia compartida.
Luego de ser nombrada copresidenta, Rosario Murillo ha asumido un nuevo rol de poder en Nicaragua: ahora es la jefa de las Fuerzas Armadas, tras la aprobación unánime en el Parlamento de una reforma al código militar.