Los actos de integridad, como los demostrados por Lien Jobst y Cesar Ledesma, no solo resuelven problemas inmediatos para los pasajeros, sino que también fomentan un ambiente de confianza y seguridad en los aeropuertos.
En una época donde prevalecen el cinismo y la desconfianza, Carlitos y Brayan se destacan como ejemplos brillantes de que aún en los momentos más difíciles, la decencia y la honestidad pueden y deben prevalecer.