“Me indigna que alguien crea que nos confabularamos como una secta de bandidos para que el desenlace de un paciente fuera la muerte”, afirmó el joven doctor.
Este caso pone de manifiesto las difíciles condiciones bajo las cuales los médicos cubanos deben trabajar y las severas consecuencias que enfrentan en situaciones donde la falta de recursos impide una atención médica adecuada.