Congost, quien corría junto a su guía Mia Carol Bruguera, estaba a punto de cruzar la línea de meta en tercer lugar, asegurando lo que parecía ser una medalla de bronce. Sin embargo, a solo unos metros de la línea final, su guía comenzó a sufrir calambres en las piernas. Congost soltó brevemente la cuerda que los conectaba para ayudarle a no caer, una acción que contraviene las reglas paralímpicas y que resultó en su descalificación.