A falta del expediente completo, lo verificable hasta ahora es que el supuesto “broker” chino vuelve a estar bajo jurisdicción de EE. UU., que lo acusa de mover grandes cargamentos de drogas y coordinar pagos a través de casas de efectivo y cuentas bancarias en varios países.
En conjunto, los tres casos dejan una misma enseñanza: el fraude rara vez luce igual dos veces. Puede anidarse en una oficina contable, en empresas pantalla que parasitan programas públicos de salud o, dolorosamente, en el seno de una familia. Para las empresas, la lección es reforzar controles internos y revisiones independientes; para los mayores y sus familias, desconfiar de presiones de “urgencia” y segmentar la gestión patrimonial con salvaguardas; y para el sistema, perseguir con firmeza tanto el fraude privado como el que drena recursos públicos. Porque los millones que se esfuman no son abstractos: son empleos, tratamientos, rentas de ancianos… y confianza cívica que cuesta años reconstruir.
Magaly Travieso y Yudorki Ramirez, una pareja cubana en Miami, fueron condenados por orquestar un esquema de fraude al seguro médico que generó más de $10 millones en pagos indebidos. Les confiscaron más de $6 millones en bienes.
Para evitar estas consecuencias, es crucial que todos los viajeros se informen sobre las regulaciones aduaneras y financieras de Estados Unidos y declaren adecuadamente cualquier cantidad que supere el umbral de $10,000.
Las tres personas que controlan la exportación de los arándanos cubanos a Europa no son personas comunes y corrientes. Los tres son cubanos. Nacidos...