Con una víctima joven y varios heridos graves, La Habana se encuentra ahora frente a un hecho que no solo deja dolor en las familias afectadas, sino también una sensación de desconcierto y miedo en barrios acostumbrados a madrugadas bulliciosas pero no a escenas de este tipo.
La primera versión que circuló del hecho indicó que ambos tripulantes fueron asaltados en La Habana Vieja, lo que tuvo una amplia repercusión en redes sociales, pero la información no era congruente con el suceso.
Organizaciones feministas y plataformas de apoyo a víctimas han insistido en la necesidad de que el Estado cubano reconozca legalmente el feminicidio como figura penal
Esta experiencia no solo representó un costo económico significativo y la imposibilidad de ver a su hermano; también subraya los peligros que enfrentan activistas pro-Israel al viajar. Ayoub advierte que incluso podría ser transferido a países como Turquía, con consecuencias imprevisibles. Asegura que pese a los riesgos, continuará su labor: “Tenemos que hablar la verdad y enfrentarnos al mal”.
La basura se acumula, el agua no tiene por dónde ir, y las alcantarillas colapsan ante cualquier precipitación, por mínima que sea. Lo peor: muchos residuos ni siquiera salen de la ciudad, y terminan arrastrando mosquitos, enfermedades, roedores y desesperanza a cada esquina.
El caso ha reavivado el debate sobre la seguridad vial en Cuba, la necesidad de mejorar la iluminación y señalización en tramos peligrosos, y la urgencia de sancionar con rigor a quienes atropellan y se dan a la fuga. Mientras las autoridades continúan las investigaciones para dar con el conductor responsable, el recuerdo de Yasmany Mancebo queda vivo entre quienes lo vieron bailar, tocar tambores o simplemente sonreír, iluminando con su presencia cada lugar que pisaba.
A pesar de haber sido anunciado en más de una ocasión como inminente, con planos, estudios geológicos y hasta túneles perforados, el metro capitalino quedó sepultado bajo la maraña de promesas rotas del gobierno cubano. Una de tantas. Como tantos otros proyectos faraónicos, consumió millones de dólares, tiempo, recursos técnicos y humanos, pero jamás se concretó.
Las familias, desesperadas, confían en que la ciudadanía pueda hacer lo que hasta ahora las autoridades no han logrado: encontrarlos y traerlos sanos de vuelta a casa.
En una Cuba donde conseguir lo básico —desde alimentos hasta medicamentos— es una lucha diaria, y donde muchos jóvenes ven el futuro como una calle sin salida, casos como este evidencian un malestar profundo que no siempre se expresa, pero que cada vez cobra más vidas en silencio.
Si todos esos recorridos son reales y no solo parte de un guion de ciencia ficción, entonces hay un misterio logístico que resolver. ¿Cómo lo hace? ¿Roilán gasta más gasolina que un ómnibus Girón, usa scooter eléctrico importado por la Zona Especial de Mariel, o simplemente va en patines soviéticos con motor de voluntad revolucionaria? ¿O será que tiene un hermano gemelo? ¿Un holograma? Porque no hay manera humana de estar en tantos sitios, hablar con tanta gente, y publicar tanto contenido diario en las redes con hashtags, fotos y textos… a menos que sus días tengan 46 horas.