Alertas virales sobre supuestos operativos del ICE mantienen a Miami en vilo. Vecinos reportan avistamientos; autoridades no confirman despliegue masivo.
El artista, que fue arrestado a finales de mayo por conducir sin licencia, permaneció en custodia durante meses mientras se definía su estatus migratorio
El cubano Magdiel López Rodríguez, registrado como agresor sexual en Butler County, Ohio, fue detenido por ICE después de que las autoridades detectaran que reportó direcciones falsas a la policía y a su oficial de libertad condicional. El caso se produce en un condado señalado por el uso intensivo de su cárcel para detener inmigrantes y en medio de protestas por las condiciones de esos detenidos.
Nuevos datos revelan que casi 75 000 de las 222 000 personas arrestadas por ICE en los primeros nueve meses del segundo mandato de Trump no tenían antecedentes penales. En paralelo, casos como el del somalí Abdul Dahir Ibrahim, el ataque con perro contra Wilmer Toledo-Martínez y la detención del líder comunitario Abdulkadir Sharif Abdi muestran un panorama de detenciones que va mucho más allá de los “criminales peligrosos” que proclama la Casa Blanca.
La detención en Fall River del cubano Jorge García Hernández, señalado por ICE como infractor habitual con condenas por delitos sexuales y de drogas, se cruza con la ofensiva migratoria de la administración Trump y con el bloqueo de La Habana a la devolución de ciertos nacionales.
Cuando Insurrecto se preparaba para salir en libertad, agentes de ICE intervinieron y lo trasladaron directamente al Centro de Detención de Florida Soft Side South
El cubano Josue Rodríguez, residente legal en EE.UU. desde los 90 y camionero de oficio, fue detenido por ICE en una cita rutinaria y terminó 40 días en una cárcel de Wyoming antes de ser deportado a México, un país donde no tiene vínculos, papeles ni un futuro claro.
La detención del exfuncionario en julio pasado, y su posterior desaparición del sistema de ICE mientras otros cubanos permanecen meses o años bajo custodia, incluso con condiciones médicas graves, levantan sospechas sobre un posible trato diferenciado. Hasta que ICE o el Departamento de Seguridad Nacional expliquen si fue liberado, deportado o trasladado, la pregunta seguirá en el aire: ¿qué pasó exactamente con el amigo del Cangrejo al que hoy ya no se puede localizar en los registros públicos de detención?
Si la familia de Arley nunca fue notificada oficialmente de su detención o traslado, ese hecho se inscribe en un panorama en el que la opacidad de ICE ya es objeto de queja sistemática. Y si él prefirió no avisar para preservar su integridad o la de sus seres queridos, entonces el sistema falló en proteger el derecho mínimo de comunicación y asistencia legal. En ambos escenarios la conclusión es la misma: falta de transparencia y derechos vulnerados.