A mediados de agosto, se confirmó el primer caso de fiebre del Oropouche en Canarias: un hombre de 49 años que desarrolló síntomas después de un viaje a Cuba.
La respuesta del gobierno cubano ante la presencia del Virus del Oropouche en Cuba ha sido criticada por su falta de transparencia y por la aparente subestimación del número de casos, lo que complica aún más la lucha contra esta enfermedad emergente en un país ya golpeado por múltiples crisis.
La oferta del ministro de Salud a la OPS y a los países de la región de compartir la "experiencia cubana" en la producción de medicamentos no solo es irónica, sino casi insultante para aquellos que conocen la verdadera situación en la Isla. Es un triste recordatorio de que, en la Cuba actual, las palabras del gobierno tienen poco que ver con la realidad.