El olfato agudo del perro fue crucial para el descubrimiento, lo que demuestra una vez más la capacidad de los perros para detectar olores específicos, incluidos los de los cadáveres.
El científico que la encontró de casualidad, pensó que el insecto era una hormiga león, pero se dio cuenta durante un curso en línea sobre biodiversidad y evolución de insectos en 2020 que era una crisopa gigante. La envergadura del insecto de casi 2 pulgadas era una clara indicación de que no era una hormiga león.
Neurocientíficos en Suiza han logrado desarrollar una tecnología que le ha permitido a tres personas parapléjicos volver a caminar un día después de recibir...