La crisis del agua en Cuba ha llegado a un punto crítico. La falta de infraestructura adecuada, la escasez de combustible y la ineficiencia en la distribución están afectando gravemente a la población.
El descontento por la falta de agua no se limita a La Habana. En la provincia de Ciego de Ávila, los residentes también salieron a las calles para manifestarse contra las constantes interrupciones en el suministro de agua y los prolongados apagones. Y también en Caibarién.
Además del mal estado de la infraestructura, la falta de inversión y el envejecimiento de los sistemas hidráulicos complican aún más la situación. En La Habana, el 58% del agua que se bombea se pierde debido a fugas y roturas en las tuberías, lo que agrava la ya crítica situación.