Sally Field recordó que, en 1964, nueve años antes de la histórica decisión del Tribunal Supremo, se vio en la necesidad de buscar un aborto fuera de Estados Unidos. Sin recursos económicos, ni el apoyo necesario de su familia, la actriz, entonces una adolescente, recibió la ayuda de un médico amigo de la familia. Este la acompañó junto a su madre y la esposa del doctor hasta Tijuana, donde se realizó el procedimiento.
Los médicos de Deborah Dorbert le informaron a las 24 semanas de embarazo que su feto no tenía riñones y que apenas tenía líquido amniótico. Sus médicos le dijeron que no solo el bebé moriría, sino que el embarazo la ponía en un riesgo especialmente alto de preeclampsia, una complicación potencialmente mortal.
Si el problema de los embarazos en la adolescencia es una tarea pendiente para la sociedad, otra no menos importante sería intentar no retroceder en lo que se ha conseguido con respecto al aborto. Así como enfrentar los que hasta ahora parecen ser sus principales contendientes: las carencias de insumos en la Isla y los fundamentalismo religiosos que pretender hacer cambiar la interpretación de esa práctica médica en el país.