No es un secreto para nadie que la música cubana ha sido versionada en muchos lugares del mundo, y con la revolución de las redes sociales y los trends, es cada vez más frecuente encontrar ejemplos de ello.
Esto es precisamente lo que ocurrió con un éxito internacional que se viralizó en el ámbito digital como pólvora, y al cual varios influencers cubanos, como Pollito Tropical, se sumaron al challenge que llevó consigo.
“Alibi” fue indiscutiblemente una de las canciones del verano, de la mano de la cantante iraní-holandesa Sevdaliza, junto a Pabllo Vittar, drag queen y cantante brasileña, y Yseult, una reconocida cantautora francesa.
Sin embargo, fue la frase “Rosa, qué linda eres” la que hizo que el sencillo se repitiera constantemente en redes sociales. Aunque muchos videos atribuyen la misma a grupos colombianos, la verdad es que su origen se encuentra en Cuba.
Así lo recuerda el influencer cubano especializado en música, Yoslin, quien explica cómo la frase fue extraída de un tema de uno de los íconos de la música cubana de los años 20: el Sexteto Habanero.
Justamente, proviene del tema del grupo titulado “Rosa, qué linda eres”, que tiene una cadencia que la versión actual recuerda mucho, pero con el inconfundible toque de clave cubana y un tono sonoro mucho más melancólico. Esta canción fue escrita por Gerardo Martínez, director del Sexteto de Cuba, según medios como El Universal.
No obstante, a lo largo de los años, la canción ha estado envuelta en conflictos de autoría, ya que también se encuentra profundamente arraigada en el imaginario popular colombiano. Así, se la visto atribuida tanto al cantante y compositor colombiano de música popular Magín Díaz, como a la conocida cantante folclórica colombiana Irene Martínez.
Tal ha sido la popularidad de este tema en este territorio sudamericano que el propio Carlos Vives incluyó una versión en su disco “La Tierra del Olvido” de 1995, y en muchas fuentes aún aparece Magín Díaz como su autor.
Sin embargo, no cabe duda que la primera versión que se conoce del tema, un homenaje a la belleza y singularidad de las mujeres, fue en 1927 y pertenece al Sexteto Habanero. A lo largo de los años parece mantener toda la esencia cubana, mientras que cada versión aporta su propio sello, sin alejarse de esa frase melódica que la hizo viral en redes.
