Tras 19 años de matrimonio, Nicole Kidman y Keith Urban se separaron este verano boreal y, el 30 de septiembre de 2025, ella presentó la demanda de divorcio en Nashville, según confirmó People. La actriz, de 58 años, pidió ser la progenitora residencial principal de sus hijas, Sunday Rose (17) y Faith Margaret (14), en unos trámites que siguen su curso, y todo eso ha dejado un sabor amargo entre quienes creían que, después de 20 años, nada podría romper esa unión.
La gente, curiosa por naturaleza, se ha estado preguntando «¿qué pasó?» y las pistas sobre lo sucedido las ha dado la propia Kidman en los días posteriores. La actriz, luego del anuncio del divorcio, retomó agenda pública y dio pistas sobre su estado de ánimo. En una entrevista publicada ayer, habló de superar “momentos devastadores” y de cómo el dolor “pasa” con el tiempo, declaraciones interpretadas a la luz de su situación personal. También subrayó que encuentra propósito en ser “protectora y guía” de sus hijas.
El telón de fondo fue su portada de noviembre en Vogue, entrevista hecha semanas antes de la noticia. Ahí dejó una frase que hoy suena premonitoria: “Crees que sabes a dónde va tu vida y de pronto no va en esa dirección”; dejando a su círculo cercano guardando silencio oficial, mientras proliferaban lecturas y versiones en la prensa de espectáculos.
Algunos artículos, ahora, —atribuidos a “insiders” (personas cercanas a ella)— que… ¡al fin! se han liberado del secreto, hablan de una supuesta “pérdida de intimidad” años atrás o de tensiones que habrían precipitado la ruptura. Son afirmaciones no verificadas que la pareja no ha comentado públicamente y que deben tomarse con cautela.
A pesar del jarro de agua fría que supone cae sobre cada miembro de una pareja que ha estado casada 20 años y que de pronto anuncia el divorcio, Kidman, además de filmar Practical Magic 2 con Sandra Bullock, fue anunciada como embajadora de Chanel y se ha mostrado activa y arropada por su familia. Urban, por su parte, continúa con compromisos musicales internacionales. La prioridad declarada de ella: mantener estabilidad para sus hijas y seguir trabajando.
Lo confirmado vs. lo especulado
Lo “que pasó” —con lo que hoy puede afirmarse— es que una de las parejas más visibles de Hollywood se separó y abrió un proceso de divorcio con enfoque en la coparentalidad. No hay otro. Ni otra. No ha existido infelidad por parte de ninguno. El divorcio, ha sido amigable.
Kidman encuadra este momento en una narrativa de fortaleza y aprendizaje, evitando el morbo y cuidando su intimidad. El resto —las causas profundas, los matices emocionales, eventuales acuerdos— pertenece, por ahora, al ámbito privado y cualquier hipótesis sin respaldo documental debe tratarse como rumor.
Para quienes siguen su carrera, el próximo hito será verla reencontrarse en pantalla con Bullock en la secuela de Practical Magic, mientras Urban mantiene su ruta musical. El cierre, de momento, lo ponen las propias palabras de Kidman: incluso cuando la vida “no va en esa dirección”, “pasa”… y se sigue adelante.





