El mundo del heavy metal amaneció de luto. A los 76 años ha fallecido Ozzy Osbourne, uno de los íconos más legendarios del género, tan solo dos semanas después de su emotivo concierto de despedida junto a los miembros originales de Black Sabbath.
La familia del artista fue quien confirmó la triste noticia a través de un comunicado oficial, recordando que Osbourne padecía mal de Parkinson desde hacía varios años y que partió «rodeado de amor» por sus seres queridos.
“Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia, rodeado de mucho cariño”, expresa el texto difundido por medios británicos.
Fue en 2020 cuando Osbourne hizo público su diagnóstico, una enfermedad neurodegenerativa que afectaba seriamente su movilidad y que lo obligó a ofrecer su última presentación —el pasado 5 de julio en Birmingham— sentado en un trono, símbolo de su grandeza y persistencia.
Conocido como “El Príncipe de las Tinieblas” o “El Padrino del Heavy Metal”, Ozzy deja una carrera monumental que abarca más de 100 millones de discos vendidos en todo el mundo. Junto a Black Sabbath firmó clásicos inmortales como “Paranoid” y “Master of Reality”, mientras que en solitario brilló con álbumes como “Blizzard of Ozz”, también líder en ventas.
Su última actuación tuvo lugar en el Villa Park de Aston, como parte de un cartel legendario que incluía a bandas como Guns N’ Roses y Metallica. Fue allí donde James Hetfield, vocalista de Metallica, rindió homenaje al legado de Black Sabbath: “Sin Sabbath no existiría Metallica. Gracias, chicos, por darnos un propósito en la vida”, dijo emocionado desde el escenario.
El concierto tuvo un significado doblemente especial: fue no solo una despedida, sino también el reencuentro de los miembros originales de Black Sabbath —Ozzy, Tony Iommi, Terence ‘Geezer’ Butler y Bill Ward—, quienes no tocaban juntos desde 2005.
“No tienen ni idea de cómo me siento. Gracias de todo corazón”, expresó un conmovido Ozzy frente a miles de fans que corearon su nombre.
Originario de Birmingham, Ozzy Osbourne encontró su primera gran inspiración musical en The Beatles. De hecho, alguna vez confesó que conocer a Paul McCartney fue, para él, como ver a Dios en persona. Sin embargo, la vida lo llevó por un camino completamente distinto: convertirse en una figura única e inigualable del heavy metal.
Durante su trayectoria, no solo destacó por su música, sino también por protagonizar momentos tan extravagantes como controversiales. Uno de los más recordados fue cuando lanzó carne cruda al público durante un show. Pero sin duda, el episodio más impactante ocurrió cuando mordió la cabeza de un murciélago en pleno concierto, pensando que se trataba de un muñeco de utilería. Al darse cuenta de que era real, fue inmediatamente trasladado al hospital, donde recibió una vacuna contra la rabia.
Ozzy Osbourne se va como vivió: entre sombras y gloria, eterno y desafiante. El metal pierde a una de sus voces más icónicas, pero su legado retumbará para siempre en cada acorde distorsionado.
