La opositora venezolana María Corina Machado fue distinguida hoy con el Premio Nobel de la Paz 2025, anunció en Oslo el Comité Noruego del Nobel. La institución destacó su “trabajo incansable en favor de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela” y su papel como símbolo de resistencia cívica frente al autoritarismo. La ceremonia de entrega será el 10 de diciembre, en la capital noruega.
Machado, ingeniera y exdiputada, emergió como figura central de la oposición tras arrasar en la primaria de 2023. Aunque fue inhabilitada para competir en las presidenciales de 2024 —un proceso señalado por irregularidades—, mantuvo su liderazgo político, apoyó a candidatos sustitutos y se convirtió en rostro de la exigencia de elecciones libres. Su activismo continuó pese a detenciones de colaboradores, amenazas y periodos en la clandestinidad, detalla la agencia Reuters.
En su nota de reconocimiento, el Comité subrayó que la causa de Machado rebasa las fronteras venezolanas: el fortalecimiento de instituciones, el respeto al voto y la libertad de expresión son condiciones básicas para la paz, dentro y entre países. Al premiarla, el Nobel busca también enviar una señal sobre el retroceso democrático global y la necesidad de salidas pacíficas a las crisis políticas.
La distinción llega tras dos años particularmente turbulentos en Venezuela: protestas postelectorales, denuncias internacionales por represión y un estancamiento económico que agudiza la emergencia humanitaria. En ese contexto, el comité valoró la persistencia de una oposición que ha apostado por la organización social y la presión cívica antes que por la violencia, con Machado como referente. El premio incluye una medalla, un diploma y 11 millones de coronas suecas, indica AP News.
La trayectoria de Machado ha tenido proyección internacional: en 2024 fue reconocida con galardones de derechos humanos europeos. Un año después, la revista Time incluyó a la opositora entre las 100 personas más influyentes del mundo en 2025, dentro de la categoría de líderes. En la presentación de este premio de TIME, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, la describió como “la Dama de Hierro venezolana” y resaltó su “resiliencia, tenacidad y patriotismo” frente al régimen de Nicolás Maduro. Rubio afirmó que Machado encarna la lucha por una Venezuela “libre, justa y democrática”, y que su legado puede resumirse en su lema: hasta el final.
Machado respondió con gratitud y humildad, dedicando el reconocimiento “a los millones de venezolanos que han luchado, muchos en silencio, por la dignidad, la libertad y la justicia”. La líder opositora aprovechó para reiterar su compromiso con el cambio político y la celebración de elecciones libres, en un país que se prepara para comicios regionales tras un proceso presidencial cuestionado.
En su mensaje, recordó a las madres que han marchado por sus hijos, a los presos y perseguidos, y a los millones de emigrados que sueñan con volver a una Venezuela “segura, digna y orgullosa”. Concluyó reafirmando su consigna de esperanza: “¡Venezuela será libre! ¡Hasta el final!”.
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Para los analistas, ahora, el Nobel consolida su estatura internacional y complica el aislamiento de la disidencia venezolana, presionando por garantías electorales y liberaciones de presos políticos.
Reacciones iniciales desde Caracas reflejan una mezcla de júbilo opositor y críticas del oficialismo, que la retrata como representante de élites. La propia premiada agradeció el reconocimiento, una vez más, como un tributo “al coraje de millones de venezolanos”, según reportes de prensa. El foco, advierten observadores, se desplaza ahora a si el lauro cataliza avances concretos en negociación política y observación electoral independiente.
