La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos recalcó que las libertades de reunión y de manifestación pacífica son «pilares fundamentales para una sociedad», luego de que el gobierno cubano impidiera la marcha cívica prevista para este lunes.
La portavoz del ente, Elizabeth Throsell, declaró en una conferencia de prensa que los detenidos por intentar ejercer estos derechos en cualquier Estado «deben ser rápidamente liberados», además de tener acceso a abogados de su elección, informó Efe.
Dijo que en caso de arresto, se debe garantizar el recurso del habeas corpus y la comunicación de los detenciones con sus familiares.
Throsell hizo estos comentarios luego a raíz de que las autoridades cubanas silenciaran las manifestaciones convocadas en varias ciudades de la isla por el grupo Archipiélago, cuyos líderes fueron víctimas de detenciones, actos de repudios y acoso por parte a gentes del orden y seguidores del gobierno.
Los organizadores esperaban que ocurrieran grandes concentraciones en la tarde del 15 de noviembre, para reclamar pacíficamente el cese de la violencia contra los disidentes y la libertad de los presos políticos, pero un amplio dispositivo policial consiguió limitar al mínimo la protesta.
Algunas personas burlaron la vigilancia y salieron de sus casas a desfilar vestidas de blanco, otras colgaron sábanas del mismo color en sus balcones, pero fueron casos aislados y no lograron reunirse.
A diferencia de las protestas espontáneas del 11 de julio pasado, esta vez las autoridades tuvieron mucho tiempo para preparase, hacer campañas contra los opositores en los medios estatales de comunicación, movilizar sus seguidores y ocupar los espacios públicos para evitar la marcha.
El gobierno de la isla hizo caso omiso a las sugerencias de organismos internacionales y a las amenazas de sanciones anunciadas por voceros de la administración de Joe Biden. Incluso fueron más lejos, días antes de la fecha señalada para la protesta cívica las autoridades cubanas retiraron las credenciales a los periodistas y fotógrafos de la agencia Efe acreditados en Cuba.
El ministro de Exteriores de la isla, Bruno Rodríguez, declaró que la jornada había transcurrido con tranquilidad, marcada por el regreso a las aulas demiles de estudiantes, así como numerosas actividades “después de dos años de cuarentena” provocada por la pandemia de COVID-19. No se refirió a los actos de repudio organizados contra opositores ni a la militarización de las calles.
Como en ocasiones anteriores, culpó al gobierno de Estados Unidos de intentar desestabilizar el país. “El guion no ha sido bueno, y la puesta en escena ha sido peor”, dijo Rodríguez.
“Allá los que crearon fuera de Cuba otras expectativas que no se cumplieron. Se quedaron vestidos para aquella fiesta”, comentó en tono de burla el jefe de la diplomacia cubana.


















