El seguro de vivienda en Florida muestra señales mixtas tras el pico de la crisis
Tras dos años de titulares sombríos, el termómetro del seguro de vivienda en Florida empieza a moverse en dos direcciones a la vez. Hay indicios de descompresión —más aseguradoras privadas dispuestas a asumir pólizas y algunas rebajas puntuales—, pero también facturas que siguen al alza para ciertos perfiles y una cobertura contra inundaciones alarmantemente baja. El 27 de agosto, los reguladores autorizaron a varias compañías privadas a “sacar” decenas de miles de pólizas de Citizens —el asegurador estatal de último recurso— en un nuevo tramo de “depopulation”, con la meta de achicar el tamaño de la aseguradora pública y normalizar el mercado.
El alivio, sin embargo, no es lineal. Para 2025, Citizens obtuvo el visto bueno regulatorio a un esquema de cambios que, según territorio y tipo de riesgo, va desde reducciones del 10% hasta aumentos del 14% en residencias principales; en viviendas no primarias (segundas residencias o alquileres) los ajustes pueden alcanzar el 50%. En promedio estatal, el incremento para pólizas típicas de vivienda principal se estimó alrededor del 6–7%, dentro del tope legal del 14% fijado para este año. Es decir, menos “shock” que en 2023–2024, pero aún sin una caída generalizada.
En paralelo, el tablero competitivo muestra nuevos jugadores. En los últimos meses se han anunciado entradas o reentradas de aseguradoras al mercado floridano, con mensajes oficiales que hablan de “estabilización” y, en algunos nichos, de bajas de tarifa. Informes recientes indican que Florida registró una de las menores variaciones promedio de primas entre 2024 y 2025 frente a otros estados costeros, lo que sugiere que las reformas legales y el retorno de capital empiezan a surtir efecto. Aun así, el mapa es desigual por condado y por exposición al riesgo.
El gran punto ciego sigue siendo el agua. A días del pico de la temporada de huracanes, apenas una fracción de los hogares en el centro de Florida mantiene pólizas contra inundaciones, un dato que no ha mejorado en la última década pese a eventos más intensos. La distinción entre daños por viento (cubiertos por la póliza de hogar) y por inundación (NFIP u otros) deja a muchas familias vulnerables cuando las lluvias extremas acompañan a las tormentas. Con primas de propietario todavía altas y deducibles elevados, algunos dueños optan por recortar coberturas periféricas, un riesgo que los expertos califican de “falso ahorro”, señala el Tampa Bay Times
La lectura, en suma, requiere matiz. Florida sale lentamente del modo crisis, pero no ha llegado al “barato para todos”. Quien vive en zonas menos expuestas y con vivienda principal puede ver estabilidad o pequeñas bajas; quien posee segundas residencias en áreas costeras aún enfrenta aumentos. Y mientras Citizens se reduce por diseño, la tarea de fondo —más competencia real, mejor infraestructura y mayor adopción de seguros contra inundaciones— definirá si este alivio es un paréntesis o el inicio de una normalidad sostenible.





