Lenier Mesa volvió a colocarse frente a su público sin disfraces ni medias tintas. Lo hizo a través de Facebook, donde compartió dos imágenes, un antes y un después, que resumen mejor que cualquier discurso el camino duro que ha transitado para dejar atrás las adicciones. El gesto fue una confesión que estremeció a miles de seguidores (más de 52 mil reacciones) dentro y fuera de Cuba.
El artista acompañó las fotos con un mensaje breve, directo, y dolorosamente honesto: “Sí, sobrepasé una adición a las drogas. Sí, vengo de abajo, de no tener nada, qué más le puedo pedir a la vida. Siempre que me caigo me levanto, siempre con Dios, salud y bendiciones. Amén”.
Pero el camino no ha estado libre de tropiezos públicos. En febrero de 2025, durante una transmisión en vivo por YouTube, el rapero estadounidense Tekashi 6ix9ine expuso a Lenier de manera brusca e inesperada. “Dile hola a la gente. Estamos en vivo, no la cagues”, dijo Tekashi durante una videollamada. Acto seguido, ignoró su propio aviso y añadió sin filtros: “Este es mi amigo, nos drogamos juntos siempre”. Lenier reaccionó con risas nerviosas, pero el fragmento quedó registrado y comenzó a circular sin freno por las redes sociales.
Ese episodio reabrió viejas heridas entre quienes lo siguen desde los inicios y que, al verlo recuperado, temieron que las colaboraciones con Tekashi lo empujaran nuevamente hacia los vicios que tanto esfuerzo le costó dejar atrás. Sin embargo, la reciente publicación del cantante sugiere lo contrario: que sigue aferrado a su propósito de mantenerse limpio y avanzar.
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No es la primera vez que el compositor abre esa puerta hacia su pasado. En 2023, durante una entrevista con El Gordo y la Flaca, confesó haber llegado a “perderse en la droga y el alcohol” y estar al borde de destruir su propia familia. Aquel testimonio dejó claro que la adicción no solo amenazaba su vida profesional, sino también la personal, la íntima, la que duele de verdad.
En esa misma conversación aseguró: “Llevo casi un año y medio limpio, gracias a Dios”, y explicó que ese proceso de recuperación vino acompañado de decisiones duras: replantear prioridades, reorganizar su entorno laboral y sumar un nuevo mánager que lo ayudó a reenfocar su carrera. Desde entonces, su trabajo tomó un ritmo distinto, más organizado, más saludable, con metas claras y resultados visibles.
Hoy, su sinceridad vuelve a mover emociones porque recuerda algo esencial: los artistas también cargan con batallas que no siempre se ven desde el escenario. Y aunque las caídas pueden ser públicas, las reconstrucciones suelen ser silenciosas y mucho más complejas.
