Se trata de varias vidas truncadas y silencios oficiales: tres historias de cubanos que exigen justicia
En apenas dos semanas, tres historias distintas —un hombre golpeado hasta la muerte en Camagüey, otro asesinado en una riña clandestina en Cienfuegos y un migrante cubano abatido por la policía en Iowa— se han entrelazado en un mismo sentimiento: la exigencia de justicia y la certeza de que demasiadas muertes quedan sin respuesta.
En Camagüey, el 3 de agosto, Anyerley Montero, de 39 años, perdió la vida a escasos metros del Hospital Provincial. Según múltiples testigos, Cristian García, alias “Chicho el Mono”, lo golpeó brutalmente frente al bar Monte Sinaí.
Lo que más ha indignado a familiares y vecinos no es solo la violencia del ataque, sino la inacción de las instituciones: la policía llegó tres horas después de las llamadas de auxilio y del hospital nadie salió a socorrerlo. “Un hecho que se pudo haber evitado”, resumió el perfil en redes Nio Reportando un Crimen, que ha documentado el caso y que se ha convertido en una fuente ciudadana frente al silencio oficial.
Así recogió el hecho el influencer y «comunicador del crimen» – como algunos lo llaman – Niover Licea, en un primer momento.
Niover, luego, dedicó otras dos publicaciones al caso, aportando imágenes del presunto asesino, a quien también identificó, más allá del apodo de «Chicho Mono». Su nombre, Cristian García.
Cienfuegos volvió a ser el escenario de un crimen. Allí, en una riña presuntamente ocurrida en una valla de gallos clandestina, el joven Yunior (a la derecha de la chica) fue asesinado por dos hermanos. El hecho estremeció a la comunidad local: “Un chamaco bueno de mi zona”, escribió un conocido. Las imágenes compartidas lo muestran sonriente, rodeado de amigos, lejos de la escena de violencia que le arrebató la vida.
Según Niover, sus presuntos victimarios son «Bernardo» y «Papito».
Aunque en algunos comentarios, los internautas acusan a Niover de no dar información del todo verídica, hay otros que defienden el hecho de que Niover haga saber sobre sucesos de este tipo ante el silencio oficial. En los comentarios se arrojan datos como que Yunior – o alguno de sus asesinos – habría salido recientemente de prisión. Se dice además que el otro joven que aparece en la foto (a la izquierda) vive en Miami y es hermano de la víctima; y se dice que la valla de gallos está ubicada en Obourke, en la zona industrial de la ciudad.
Cienfuegos todavía no se recupera de hechos violentos que sacudieron la localidad el pasado mes de julio, y ya otra muerte violenta lo estremece. La página oficialista Las Cosas de Fernanda vinculada al MININT en la provincia, no ha dicho nada con relación a este hecho.
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Mientras tanto, fuera de Cuba, otro cubano se sumaba a la lista de vidas truncadas.
En Denison, Iowa, Flegys, un joven cubano originario de la Isla de la Juventud, murió en un incidente aún no esclarecido con la policía local.
Según Niover Licia, Flegys había llegado a Estados Unidos dos años atrás tras cruzar por México con CBP One, pero la pérdida de su estatus migratorio lo dejó en la calle, sin trabajo y sumido en episodios de depresión que arrastraba desde su paso por España.
Vecinos lo recuerdan como un hombre noble y trabajador.
“La policía lo mató como si fuera un perro”, denunció un familiar. Otros en la comunidad latina de Denison convocaron a una marcha para exigir respuestas: “Estamos en busca de justicia, no vamos a dejar que sigan manchando el nombre de este muchacho”.
El hecho está todavía bajo investigación en Denison, Iowa, y habría ocurrido en la noche del 15 de agosto, en Washington Park, lugar donde se registró un tiroteo en el que estuvo involucrado al menos un agente del orden, según confirmó la oficina de Manejo de Emergencias del condado de Crawford. El caso fue inmediatamente puesto en manos de la División de Investigación Criminal de Iowa (DCI, por sus siglas en inglés), que hasta ahora mantiene reserva sobre lo ocurrido.
El comunicado oficial, difundido al día siguiente, se limitó a señalar que se trataba de un “officer-involved shooting”, expresión que en Estados Unidos designa un hecho con participación directa de la policía, sin aclarar si hubo muertos o heridos, ni a qué cuerpo de seguridad pertenecía el agente implicado.
La brevedad de la nota generó más preguntas que certezas en Denison, una ciudad pequeña donde la violencia suele ser rara excepción.
