El joven reguetonero cubano Yosmel Flores López, conocido artísticamente como El Kaneka o kn1one, volvió a aparecer públicamente tras casi siete meses de silencio forzado. Su liberación, sin embargo, vino acompañada de un giro inesperado: el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos decidió iniciar un proceso de deportación, lo que finalmente lo llevó a ser trasladado a México, país en el que ahora intenta reorganizar su vida y su carrera musical.
El artista, que fue arrestado a finales de mayo por conducir sin licencia, permaneció en custodia durante meses mientras se definía su estatus migratorio. De acuerdo con la plataforma Un Martí To Durako, sobre él pesaba una orden de deportación previa, un elemento que habría prolongado su detención. Aunque inicialmente se esperaba su retorno a Cuba, el propio reguetonero confirmó que La Habana no aceptó su reingreso.
“No me dieron el motivo, pero sí me dijeron que iba a ser trasladado a un tercer país. Ahora, como hay convenio con México, están soltando a todo el mundo para acá”, explicó durante una llamada al programa Dayanoti Show, donde también afirmó que “México es la única opción” que le ofrecieron.
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Tras recuperar la libertad, El Kaneka compartió un video en redes sociales agradeciendo la solidaridad que recibió durante los meses de encierro. Mencionó de manera especial a El Uniko y Un Titico, colegas que lo acompañaron en uno de los momentos más complicados de su vida. “Todos se comportaron muy bien conmigo”, aseguró.
Desde una locación no revelada en México, mostró además parte del material creativo que produjo durante su estancia en prisión: un conjunto amplio de canciones compuestas tras las rejas, fruto del encierro pero también de una nueva claridad artística que, según dijo, quiere aprovechar para relanzar su proyecto musical.
Antes de su arresto, El Kaneka ya había logrado consolidar una comunidad activa en redes sociales. En su cuenta de Instagram (@kn1one) solía compartir adelantos musicales, directas y momentos de su día a día, manteniendo un puente constante con seguidores tanto en Cuba como en la diáspora.
Esa misma presencia online hizo que la noticia de su detención circulara con rapidez, generando reacciones encontradas: preocupación genuina por su situación legal, pero también cuestionamientos sobre los procesos migratorios que atraviesan muchos artistas cubanos en Estados Unidos.
Ahora, ya fuera del sistema penitenciario y con México como punto de partida obligatorio, El Kaneka enfrenta el reto de reconstruir su carrera en un país ajeno. Aun así, su mensaje reciente ha sido de resiliencia y fe. Agradeció a Dios que Cuba no aceptara su deportación y afirmó que su mirada está puesta en el futuro inmediato: volver al estudio, lanzar música nueva y demostrar que incluso siete meses de encierro pueden transformarse en impulso creativo.



















