La famosa influencer cubana Imaray Ulloa volvió a remover conciencias con un video que no baila ni entretiene, pero duele. Conocida por su estilo desenfadado y su aguda ironía, Imaray se quitó esta vez la máscara del humor para hablar con la crudeza de quien sabe lo que es vivir en carne propia el día a día de una Cuba herida.
“Como cuando me dicen: ‘Fui a tu país de vacaciones y me encantó, ahí no hay miseria ninguna. Voy a volver con mi familia y todos mis amigos’”, comienza el video, lanzando una frase que a muchos cubanos en el exilio les suena familiar y molesta como una piedra en el zapato.
El tono cambia de inmediato. Con el rostro serio y la mirada fija en la cámara, Imaray desmonta en segundos la postal turística que todavía algunos visitantes ingenuos se llevan de la Isla. Invita, sin filtros, a esos mismos turistas a quedarse un mes “sin leche, sin carne, cocinando con carbón porque le quitan la electricidad por más de 22 horas”. Y lo dice sin temblor en la voz, pero con el filo de quien ha tenido que callar demasiado tiempo.
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En apenas un minuto y medio, la influencer lanza dardos certeros contra la dolarización de servicios como ETECSA, que mantiene incomunicados a millones mientras sus salarios siguen anclados al peso cubano. “Exprésate para que veas cómo te encarcelan como ‘preso político’ y te tratan como delincuente”, denuncia, en una de las frases más virales del video.
Pero el golpe más fuerte llega con un cierre seco, casi sin aire: “Hace más de 60 años que Cuba no es playa, tabaco y ron. Cuba es una cárcel sin voz”.
Las reacciones no se hicieron esperar. “Bravo Imaray, súper compartido”, “Este es tu mejor video”, fueron algunas de las respuestas que inundaron TikTok y otras plataformas. Desde Miami, Madrid o Ciudad de México, muchos cubanos compartieron la publicación como un grito colectivo, como si alguien por fin hubiera dicho lo que tanto se piensa en voz baja.
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Algunos usuarios, desde Venezuela o Nicaragua, conectaron con la denuncia desde su propia realidad. Una mujer recordó cómo su ex cuñada defendía la libertad en Cuba hasta que visitó la Isla “no en un hotel cinco estrellas, sino en la casa de un amigo… Les cambió la cara”.
Con este video, Imaray no solo expone el contraste entre el marketing turístico y la vida real, sino que resuena como eco incómodo para quienes aún romantizan la Cuba de postal. Su voz, amplificada por las redes, hace de puente entre el dolor que se vive dentro y la impotencia que se siente fuera.
