Pantone ya puso nombre al ánimo colectivo que quiere marcar 2026. El Pantone Color Institute (referente mundial en previsión cromática y asesoría para marcas) eligió “Cloud Dancer”, un blanco etéreo, como su Color del Año.
La casa lo define como “un blanco ondulado y equilibrado imbuido de una sensación de serenidad”, un matiz que, en tiempos de hiperestimulación, pretende bajar pulsaciones.
Leatrice Eiseman, directora ejecutiva del instituto, en entrevista con CNN explicó que este tono actúa como una “influencia tranquilizadora en una sociedad frenética, redescubriendo el valor de la consideración mesurada y la reflexión tranquila”. Para Eiseman, además, el blanco elegido “está asociado con nuevos comienzos” y “significa nuestro deseo de un nuevo comienzo”.
Desde 1999, el equipo de expertos de Pantone analiza señales culturales, políticas y estéticas para condensarlas en un color concreto. Su vicepresidenta, Laurie Pressman, resume el método: se busca “destacar cómo lo que ocurre en nuestra macrocultura en un momento dado se expresa a través del lenguaje del color”.
Primero acotan una familia cromática y luego afinan el tono exacto, cuidando incluso el bautizo: “El nombre del color es crucial. En cuanto escuchas un nombre que describe un color, inmediatamente evocas una imagen”.
La elección de este blanco no es casual. Es, dicen, un equilibrio minucioso: “equilibrio entre matices fríos y cálidos” que evita la frialdad clínica de otros blancos más “ópticos”. Eiseman lo explica sin rodeos: “Si hubiéramos optado por un blanco ópticamente más brillante, no solo le restaría la sensación natural, la honestidad y la autenticidad que buscamos… sino que casi habla de esterilidad y aislacionismo, porque es frío”.
En moda, “Cloud Dancer” se alinea con siluetas fluidas y materiales de tacto orgánico, como plumas; en interiorismo, funciona como base suave y respirable: “claridad sin frialdad, estructura sin severidad”, ideal junto a maderas y piedra.
La designación también dialoga con la secuencia reciente del programa: Mocha Mousse (2025), “un marrón suave con una calidez sensorial y reconfortante”, y Peach Fuzz (2024), “un tono ligero y afrutado que evoca paz y serenidad”. En 2026, el blanco toma la posta para sugerir pausa, limpieza mental y un punto de partida.





