La localidad de Palmira, en la provincia de Cienfuegos, permanece conmocionada después del intento de asesinato contra Pablo Mozo Sarduy, un ataque que, según denuncias ciudadanas y testimonios de vecinos recogidos en redes sociales, tuvo lugar dentro de su vivienda y acabó con la detención de tres personas implicadas, entre ellas una mujer identificada como Elba Rodríguez, pareja de la víctima.
La agresión, dada a conocer en la página de @nioreportandouncrimen habría ocurrido de madrugada cuando, siempre según las mismas fuentes, Mozo ingresó en su casa acompañado por Rodríguez, con quien mantenía una relación, y fue sorprendido por al menos dos personas que lo golpearon violentamente y trataron de degollarlo con el fin de robarle dinero y pertenencias.
La rápida reacción de los residentes del barrio, combinada con la difusión pública del caso en plataformas ciudadanas, permitió a las autoridades identificar y detener a los presuntos responsables en las horas posteriores al incidente.
Entre los arrestados figuran, además de la mujer señalada, una menor de edad y el novio de ésta, quienes —de acuerdo con las versiones disponibles hasta ahora— habrían participado directamente en la agresión. Las pesquisas policiales continúan abiertas y los detenidos permanecen bajo custodia mientras los investigadores recaban pruebas y testimonios para esclarecer la dinámica exacta de los hechos.
Pablo Mozo continúa hospitalizado en estado delicado en el hospital provincial de Cienfuegos, donde recibe atención por las graves heridas sufridas.
El caso despertó una oleada de indignación en la comunidad: en los comentarios de la publicación que difundió la noticia se alternan llamados a “mano dura” y peticiones de justicia con muestras de alivio por la supervivencia de la víctima. Algunos vecinos reclamaron medidas ejemplares contra los implicados, especialmente en lo relativo a la participación de una menor, mientras otros destacaron la eficacia de la colaboración entre ciudadanos y fuerzas del orden.
La secuencia de hechos reaviva, además, la preocupación local por el aumento de episodios de violencia y delincuencia en la región, y empuja a vecinos y líderes comunitarios a exigir respuestas desde los tribunales y mayor protección para las familias.
Fuentes cercanas a la familia y testimonios vecinales desmintieron con posterioridad que Pablo hubiese muerto, según circuló en las redes.
El hecho ocurrió horas después de que el activista cubano Saúl Manuel, denunciara públicamente un supuesto secuestro y agresión en pleno centro de la ciudad de Cienfuegos, en el que estuvo involucrada Yesenia Duarte, una joven de Palmira, quien fue atacada por dos hombres encapuchados cuando se dirigía a comprar productos para poner uñas, cerca del parque Villuendas, en la ciudada cabecera. Según el testimonio compartido, los agresores la golpearon brutalmente, la despojaron de sus pertenencias y la abandonaron en los alrededores de la autopista hacia Villa Clara, creyéndola muerta.
La denuncia se viralizó en pocas horas y provocó una ola de reacciones en redes sociales. Vecinos aseguraron que la víctima sobrevivió y recibe atención médica, mientras otros reclamaron justicia y mayor seguridad ante el aumento de los hechos violentos en la provincia.
Comentarios de usuarios como “hasta cuándo tanta violencia”, “esto se ha convertido en una isla peligrosa” o “gracias a Dios está viva” reflejan el miedo y la indignación colectiva. Algunos testigos afirmaron que el ataque ocurrió a plena luz del día, cerca de una zona concurrida, lo que ha intensificado el debate sobre la falta de vigilancia y respuesta de las autoridades locales.





