Del corazón de Puerto Padre al liderazgo universitario en México: la historia de José Manuel Benítez García.
Nacido entre las calles de Puerto Padre, en la provincia cubana de Las Tunas, José Manuel Benítez García ha recorrido un largo camino que hoy lo coloca al frente de uno de los centros universitarios con mayor proyección académica en el centro de México. Su reciente nombramiento como director del Instituto Universitario Internacional de Toluca no solo corona años de entrega al pensamiento pedagógico latinoamericano, sino que también resuena como una victoria simbólica para toda la comunidad cubana en el exterior.
El Doctor Benítez García, quien ha desarrollado buena parte de su carrera en México, agradeció el gesto de confianza a través de sus redes sociales con palabras que no pasaron inadvertidas: “Asumo este reto con humildad, compromiso y responsabilidad”, escribió. Su agradecimiento a Dios y a la rectora del centro, la Doctora Martha Nélida Ruiz Uribe, revela un perfil profesional forjado desde la espiritualidad, el rigor y el sentido del deber.
Su trayectoria es amplia y reconocida. Desde la obtención de su Doctorado en Ciencias Pedagógicas, hasta su distinción como Doctor Honoris Causa por la Federación Internacional de Especialistas, Benítez García ha sabido conjugar el pensamiento académico con la acción concreta. Es miembro activo del Centro Latinoamericano de Estudios de Epistemología Pedagógica (CESPE) y ha sido una voz habitual en congresos internacionales y publicaciones científicas en temas como formación docente, inclusión educativa y el impacto de la inteligencia artificial en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
En efecto, no se trata de un académico anclado al aula. Su trabajo más reciente lo vincula con procesos de certificación de competencias, modelos educativos alternativos y formación profesional flexible, en contextos marcados por la migración, la desigualdad y los desafíos tecnológicos. En junio de este mismo año, obtuvo una certificación internacional en investigación en inteligencia artificial, abriendo una línea de investigación pedagógica que ya comienza a dar frutos en ambientes universitarios mexicanos.
Su llegada al Instituto Universitario Internacional de Toluca representa mucho más que un nombramiento administrativo. En un momento donde los modelos universitarios latinoamericanos buscan modernizarse sin perder su identidad social, la figura de Benítez García asoma como una síntesis rara y valiosa: académico riguroso, pedagogo humanista y gestor con visión estratégica.
La comunidad cubana, tanto dentro como fuera de la isla, ha recibido la noticia con entusiasmo. Las redes sociales se han colmado de mensajes de orgullo, respeto y admiración. Para muchos, Benítez García encarna la posibilidad de que el talento formado en Cuba no solo resista al exilio, sino que florezca más allá de sus fronteras.
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