El sistema energético de Cuba atraviesa una de sus peores crisis, con un déficit energético récord que ha afectado a más de 1.500 MW.
Este desajuste ha intensificado los apagones en todo el país, dejando a la población enfrentando cortes prolongados de electricidad, en algunos casos de hasta 15 horas consecutivas.
A pesar de los esfuerzos del régimen por minimizar el impacto, las condiciones se han deteriorado, generando un descontento generalizado y colocando en el centro de atención las promesas incumplidas del gobierno en cuanto a la estabilización del suministro eléctrico.
Crisis Energética en Cuba: Un Déficit Sin Precedentes
El 19 de septiembre de 2024, la Unión Eléctrica (UNE) de Cuba había pronosticado un déficit de 1.360 MW para las horas pico nocturnas. Sin embargo, el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso informó en su perfil de Facebook que la situación empeoró, alcanzando un déficit superior a los 1.500 MW. Este fue el peor escenario desde el inicio de la crisis energética de los últimos meses.
A las 7:27 p.m., Alonso compartió una captura de pantalla del canal de Telegram de la Empresa Eléctrica de Mayabeque, confirmando que el déficit había alcanzado los 1.505 MW, una cifra que no había sido pronosticada previamente. Estas cifras subrayan la inestabilidad crónica del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de Cuba, un sistema que, desde julio y agosto, no ha logrado recuperar su capacidad para satisfacer la demanda.
Termoeléctricas Fuera de Servicio
La crisis ha sido exacerbada por la salida de servicio de varias termoeléctricas debido a averías. Actualmente, ocho unidades están fuera de servicio, afectando la capacidad de generación en las provincias cubanas. Las plantas afectadas incluyen la unidad 8 de la Termoeléctrica de Mariel, la 1 de Santa Cruz del Norte, la 4 de Cienfuegos, las unidades 5 y 6 de Nuevitas, la 2 de Felton, y las unidades 5 y 6 de Renté. Esto ha generado una reducción significativa en la generación de electricidad, incrementando los apagones y afectando tanto a áreas residenciales como a instalaciones críticas.
Impacto en los Servicios Esenciales
La gravedad de la crisis no solo ha afectado a los hogares cubanos, sino también a los servicios esenciales. En la noche del 19 de septiembre, la Empresa Eléctrica de Matanzas tomó la decisión de apagar un circuito del Hospital Pediátrico de Matanzas debido a la falta de generación eléctrica suficiente. Este corte se produjo desde las 8:00 p.m. hasta la medianoche, a pesar de las «coordinaciones previas de aseguramiento» que las autoridades afirmaron haber realizado. La decisión de cortar el suministro a un hospital refleja la magnitud de la crisis energética que atraviesa el país.
En Camagüey, la situación fue aún más dramática. Según reportes del periodista independiente José Luis Tan Estrada, un apagón de 15 horas consecutivas dejó sin electricidad a gran parte de la provincia, afectando también a hospitales locales.
En uno de ellos, el hospital de Vertientes, la falta de corriente eléctrica provocó una emergencia en la madrugada del 20 de septiembre, cuando pacientes graves y mujeres embarazadas se quedaron sin electricidad. La planta generadora del hospital no funcionó, dejando a los pacientes y al personal médico en una situación desesperada.
Promesas y Realidad
Mientras la población cubana sufre cortes de electricidad prolongados, las autoridades del régimen intentan suavizar la situación con promesas de mejoras que parecen lejanas. Durante la inauguración de la III Feria de Energías Renovables en La Habana, el primer ministro Manuel Marrero declaró que, a pesar de no haber alcanzado la estabilidad deseada, se lograron «evitar afectaciones mayores» y que hubo avances en el mantenimiento de las centrales termoeléctricas. Sin embargo, estos avances no se reflejan en la realidad que enfrenta el pueblo cubano, que sigue padeciendo apagones diarios de varias horas.
El ministro de Energía y Minas, Vicente De la O Levy, también se dirigió a la población en un intento por calmar los ánimos. De la O Levy reconoció los «sacrificios financieros» que el gobierno ha tenido que hacer para asegurar la llegada de combustible a las unidades generadoras en los próximos días. Además, prometió que, antes de fin de año, se instalarán los primeros 400 megavatios provenientes de nuevos parques solares. No obstante, estas promesas no alivian la frustración de los cubanos que continúan lidiando con la inestabilidad del sistema eléctrico.
Un Futuro Incierto
El panorama energético en Cuba sigue siendo incierto. Aunque el gobierno cubano ha intentado justificar la crisis culpando al embargo de Estados Unidos y asegurando que se están haciendo esfuerzos para mejorar la situación, las termoeléctricas del país están obsoletas y fuera de sus ciclos de mantenimiento, lo que las hace propensas a averías constantes. Además, la falta de combustible, agravada por la dependencia de las importaciones de Venezuela, México, Rusia y Europa, ha complicado aún más el escenario.
Mientras tanto, la población cubana sigue esperando una solución real a una crisis que no solo afecta su calidad de vida, sino también el funcionamiento básico de la economía del país. Con el sistema energético colapsando y la falta de inversiones adecuadas en infraestructura, la posibilidad de que la situación mejore en el corto plazo parece remota. La promesa de avances en energías renovables y la llegada de nuevos suministros de combustible ofrece una pequeña esperanza, pero el costo de la crisis ya ha dejado una profunda huella en la isla.
