La presencia de personas cubanas en Yucatán y en toda la Península crece a un ritmo que ya desborda las estadísticas oficiales. El delegado en Yucatán de la Asociación de Cubanos Residentes en México “José Martí”, Joulier Quintanilla Rodríguez, reconoce que hoy viven en la región muchos más compatriotas que los poco más de 6.000 que el Instituto Nacional de Migración (INM) tenía registrados en 2024 como residentes legales en Quintana Roo, Campeche y Yucatán, señala Diario de Yucatán.
Sin embargo, no todos los cubanos que están en Yucatán están porque así lo desean. ¿Raro? Ni tanto.
Según el dirigente, ese salto se explica, en buena medida, por un fenómeno que define como “autodeportación” desde Estados Unidos hacia México. Tras el endurecimiento de las políticas migratorias y los cambios en el uso del programa CBP One, numerosos cubanos que habían apostado por el “sueño americano” han optado por salir de Estados Unidos y establecerse en la Península, donde perciben mayor estabilidad y posibilidades de rehacer su vida. Y claro, habrá quién sí fue deportado.
Quintanilla describe un paisaje cada vez más visible en Mérida: más cubanos en colonias populares y fraccionamientos nuevos, sobre todo empleados en micro y pequeños negocios, en particular del sector gastronómico y de servicios. Recuerda que la emigración cubana hacia México tiene larga data y que Mérida ha sido históricamente un polo de atracción para esa comunidad, que hoy vuelve a crecer de forma acelerada.
El representante de la Asociación subraya que se trata de una población con alta preparación académica, pero que no siempre logra insertarse en puestos acordes a su perfil. La regularización, que hace un par de años avanzaba con mayor dinamismo a través de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), se ha vuelto más lenta, mientras se anuncian aumentos en los costos de trámites migratorios. Eso obliga a muchos a recurrir a gestores, agota sus ahorros y los deja en una situación de mayor vulnerabilidad laboral, aceptando empleos con bajos salarios y pocas prestaciones.
El crecimiento en Yucatán se da en el contexto de un flujo mucho mayor de cubanos hacia México: solo entre enero y mayo de 2024, las autoridades registraron a más de 27.000 cubanos en situación migratoria irregular en territorio mexicano, muchos de ellos de paso hacia la frontera norte, pero un número creciente decide quedarse en el sureste o se ve obligado a hacerlo tras ser deportado desde Estados Unidos a ciudades mexicanas.
Mientras los gobiernos ajustan políticas y tarifas, en las calles de Mérida el cambio ya es tangible: nuevas fondas, cafeterías, barberías y pequeños negocios hablan con acento habanero o santiaguero. Para Quintanilla, el reto está en que esa “mano de obra de mucha preparación” pueda integrarse plenamente y aportar conocimiento y capital humano a una sociedad yucateca que, asegura, ha mostrado apertura, pero aún no termina de dimensionar cuán vertiginoso es el crecimiento de su comunidad cubana.
Pos nada manito, diría un mexicano. Finalizado el llamado sueño americano habrá que seguir soñando, pero de la otra orilla del Río Bravo. ¡Échale ganas, compadre!



















