Una madre de Santa Clara, Lenay Enríquez, denunció que su hijo René Águila Enríquez, nacido el 22 de mayo de 1993, desapareció en Rusia tras ser detenido y, según su relato, reclutado con promesas de libertad, salario y ciudadanía.
La cubana afirma que la última llamada ocurrió hace más de tres años, cuando él avisó que sería trasladado a otra prisión. Desde entonces no hubo contacto. Un conocido le informó extraoficialmente de su posible fallecimiento, pero ninguna autoridad rusa o cubana entregó constancia documental ni certificación de muerte. La familia solicita ayuda para verificar el paradero y, de confirmarse el deceso, repatriar los restos.
El caso se suma a reportes publicados recientemente por la página NiO Reportando Un Crimen, que recoge testimonios de familias cubanas sin noticias de parientes que viajaron a Rusia bajo ofertas de empleo y terminaron vinculados al frente de guerra.
Entre ellos, Roberto Campo Torres, de Palma Soriano y residente en La Habana, que habría salido con un contrato de albañil y lleva más de una semana incomunicado, y Alexander Arter Chávez, de Nuevitas, Camagüey, cuyo entorno recibió notificación de “desaparición” tras su último contacto en septiembre.
En los mismos hilos aparecen versiones contrapuestas. Unos familiares sostienen que sus parientes fueron engañados con contratos de construcción y luego enviados a zona de combate; otros, incluidos cubanos que dicen haber residido en Rusia, afirman que la decisión de firmar fue voluntaria a cambio de altas sumas de dinero, estatus migratorio o pasaporte ruso, y que a muchos reclutas extranjeros los ubican en primera línea, con alta mortalidad por ataques de drones FPV. También se reportan cubanos presos en territorio ruso sin acceso estable a comunicaciones.
Las familias reclaman dos cosas inmediatas: información verificable y cumplimiento de lo pactado en los contratos. Denuncian que, en ausencia de documentos oficiales, dependen de mensajes fragmentarios, supuestos listados de bajas y capturas difundidas por terceros. En varios comentarios se sugiere acudir a la Embajada de Rusia en La Habana o a canales consulares, pero quienes ya lo intentaron refieren trámites estancados y respuestas inconclusas.
Mientras tanto, nombres y fotos de desaparecidos se acumulan en redes. El hilo donde se mencionan a Águila Enríquez, Campo Torres y Arter Chávez concentra pedidos de contacto por privado y llamadas a aportar datos concretos: última localización, unidad, intermediarios, números de contrato o cualquier documento que permita activar búsquedas formales. Sin esa trazabilidad, dicen los familiares, no hay manera de confirmar si están presos, heridos, muertos o en movimiento dentro del frente.
