Por tercera vez en menos de dos años, el reguetonero cubano Chocolate MC, nombre artístico de Yosvani Arismín Sierra Hernández, vuelve a ocupar titulares, y no precisamente por un nuevo hit. El llamado “rey del reparto” fue arrestado la madrugada del 4 de junio en Miami, donde enfrenta un abanico de cargos que estremecen hasta al más fiel de sus seguidores.
El centro penitenciario Turner Guilford Knight Correctional Center confirmó que el artista fue ingresado a la 1:25 a.m. sin derecho a fianza, acusado de delitos graves como secuestro con arma de fuego, robo a mano armada, allanamiento de morada, amenazas de muerte y posesión de sustancias controladas.
A eso se suma el uso indebido de dispositivos de comunicación, un cargo que ha ganado protagonismo en la era digital, donde redes y smartphones se han convertido en escenario y arma en igual medida.
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Esta no es la primera vez que Sierra Hernández se ve envuelto en problemas con la ley estadounidense. Desde violencia doméstica hasta posesión de drogas y altercados con armas de fuego, su prontuario legal parece tener tantos capítulos como su discografía.
En abril pasado, ya había sido detenido tras permanecer varios días en paradero desconocido. Después de un mes, fue liberado bajo fianza y ahora la historia se repite, aunque con mayor gravedad. La madre del cantante apareció hace unos días en redes, llorando desconsoladamente y alegando que su hijo ha “perdido la mente”.
Entre tanto, Yelena, su actual pareja, ha compartido mensajes cargados de angustia y amor en Instagram: “Enamorarse de un monstruo no es ningún delito” y “¿Por qué yo no puedo ser feliz, Dios? ¿Por qué todo tiene que ser así? Te amo, tú sabes que aquí tienes a una guerrera”. Más allá de lo romántico, estas frases reflejan el patrón de relaciones complejas y a menudo dolorosas que orbitan alrededor de figuras como Chocolate.
Por ahora, el futuro del músico es incierto. El caso sigue abierto y no se ha emitido ningún comunicado oficial por parte de su equipo o abogados. Solo queda claro que, mientras algunos lo siguen considerando un ídolo caído, otros lo ven como una víctima de sí mismo.
