Durante años, los reguetoneros cubanos El Chacal y Yakarta hicieron vibrar a toda una generación con temas candentes, letras contagiosas y una química escénica que parecía inquebrantable. Pero como tantas duplas en la historia de la música, el ego, los roces personales y los caminos divergentes terminaron por separar lo que parecía una alianza eterna. Hoy, después de ese silencio que muchos creyeron definitivo, las puertas del estudio vuelven a abrirse para ellos… aunque no sin obstáculos.
Frank Palacios, un experimentado productor musical cubano conocido en la industria como Frank El que todo lo puede, habló al respecto en el programa de YouTube “Esto no es un Pódcast”, donde ofreció una mirada sincera sobre lo que ocurre tras bambalinas con uno de los dúos más esperados del reguetón cubano.
“Estoy teniendo problemas para grabar con ellos, me ha costado trabajo. Cuando viene uno, no viene el otro. Y cuando viene el otro, no viene uno. Así es muy difícil trabajar”, confesó, dejando claro que las heridas aún no cicatrizan del todo. “Yo les tenía mucha fe, porque está claro que el público los quiere”.
El Chacal, por su parte, no ha dejado de crecer en solitario. Con conciertos repletos, una fanaticada fiel y una carrera bien encaminada, su éxito individual se ha convertido en una vara alta para cualquier reencuentro. “El Chacal tiene mucho éxito. Tiene todos sus conciertos llenos con meses de antelación. Eso también pesa”, apuntó el productor, sugiriendo que el regreso no es solo cuestión de voluntad, sino también de agendas y jerarquías.
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Aunque el distanciamiento entre ambos nunca fue explicado en detalle, lo cierto es que la ruptura se sintió como una pérdida colectiva entre el público cubano, tanto dentro como fuera de la isla. El recuerdo de aquellos temas que dominaron las fiestas y las noches de reguetón sigue vivo, y el anhelo por verlos juntos en una tarima no ha desaparecido.
“Yo sé que ellos están intentando limar las asperezas por las cuales se separaron […] Esto no es tan simple como decir: ‘bro, vamos a olvidarlo todo y volver’. Pero lo están intentando, y eso ya es un paso”, comentó Palacios. Consciente de que la industria no perdona la improvisación, insiste en que el talento no basta: también hay que tener disposición, compromiso y, sobre todo, madurez.
En esa misma línea, el productor compartió lo que, para él, hace la diferencia al trabajar con artistas. Destacó al rapero El Zurdo como un colaborador ejemplar: “Llega temprano y viene a trabajar, no a contar problemas”. También recordó con afecto a José Manuel Carvajal (El Taiger), de quien valoraba su ética de trabajo: “Pase lo que pase, sea lo que sea, estaba en el estudio y estaba buscando cómo”.
Con una carrera que ha tocado a casi todos los pilares del reguetón cubano -desde Gente de Zona hasta Los 4-, Frank ha visto pasar artistas de todas las tallas y egos. Pero su mayor deseo ahora parece ser uno compartido por buena parte del público: que Chacal y Yakarta logren reencontrarse de verdad, sin dobleces ni estrategias de marketing, y vuelvan a darle a su gente esos temas que tanto marcaron una época.





