Centrales azucareros en Cuba antes de 1959

1268

En 2010, según fuentes oficiales, se contabilizaban 44 centrales azucareros en Cuba

Cuando Fidel Castro llega al poder en 1959, encuentra 161 centrales azucareros en Cuba. De acuerdo con el blog Historia de Cuba, «casi la tercera parte de ellos (47) estaban en la provincia de Las Villas, que era la de mayor número de fábricas de azúcar en el país, seguida de cerca por Oriente con 39».

En La Habana, por su parte, eran 11 centrales entonces; en Matanzas, 22; en Pinar del Río, 9.

Muchos de estos centrales azucareros en Cuba fueron nacionalizados por la llamada Revolución a partir de agosto de 1960. La última zafra con los centrales de Cuba en manos privadas alcanzó los 5.6 millones de toneladas de azúcar cruda.

De acuerdo con fuentes del Ministerio del Azúcar, en 2006 podían contabilizarse tan solo 66 centrales en Cuba. Y cuatro años después, solo 44.

Un reciente artículo aparecido en el portal Diario de Cuba analiza las posibles causas de la ruina de la industria azucarera en la isla caribeña. Para el economista Jorge A. Sanguinetti -nacido en La Habana en 1937 y autor de varios libros, entre ellos Cuba: Artículos y Ensayos: Decadencia y Rehabilitación– todo empezó cuando «Fidel Castro definió primero el manejo de la misma en el marco de una estrategia improvisada de industrialización y diversificación agrícola que condujo a una política de demolición azucarera. Esta consistió, desde 1961, en desmantelar unas 130.000 hectáreas de caña, forzando al país a reducir drásticamente su producción azucarera desde 6,8 millones de toneladas métricas ese año, a 4,8 millones en 1962 y a 3,9 millones en 1963».

Luego cambió de palo para rumba, en uno de esos virajes e improvisaciones, y se lanzó al sueño de la zafra de los diez millones de 1970. Ya habían nacionalizado los centrales en Cuba.

En el discurso del 27 de octubre de 1969, que marcaría el comienzo de esa zafra de los 10 millones de toneladas, Castro daba rienda suelta a su delirio:

…estamos absolutamente seguros de que esta es una prueba decisiva, de que esta es una batalla decisiva para el porvenir de nuestro pueblo, de que esta es una batalla histórica. Porque esta zafra de los 10 millones abrirá la confianza hacia el país absolutamente, abrirá de par en par las puertas del crédito a nuestro país, consolidará toda la confianza de los que han concedido los créditos a Cuba.

Como bien narra Sanguinetti en su texto para Diario de Cuba, Orlando Borrego, entonces ministro del Azúcar, explicó sus reparos acerca de la factibilidad de la zafra de los 10 millones y casi de inmediato fue destituido.